El mundo del fútbol expedición más rápido que el resto de la Tierra. Un día ves a tu ídolo con la camiseta de un equipo y al día venidero ya está vistiendo otros colores y no tienes ni tiempo de pararte a pensar en su enviado, en sus momentos más especiales con su precedente club. Cada vez son más habituales las despedidas frías y protocolarias, y a otra cosa. Son innumerables las grandes figuras de equipos de primera renglón que, tras abriles al servicio de la institución, se van como si cero hubiese pasado. Los homenajes, los reconocimientos, las muestras públicas de cariño son escasas. Se cierra una etapa y ya se debe pensar en la venidero, o el calendario te devora y te quedas rezagado.
Este ha sido, con matices, el caso de Robert Lewandowski y el Bayern Múnich. Un club al que sirvió durante ocho temporadas, al que regaló algunos de los mejores momentos de su gloriosa historia y del que se fue sin grandes alardes, sin mucha humanidades. "Sabemos muy proporcionadamente lo que le debemos a Robert, pero otros grandes jugadores se han ido antiguamente y el Bayern no se derrumbó", dijo Oliver Kahn, en declaraciones recogidas por el diario tudesco Süddeutsche Zeitung.
Podría considerarse admirable. Mentalidad ganadora, pensamiento puesto en el futuro, del pasado no se puede seguir viviendo siempre. Pero es, en cierto modo, una pena. Las formas del deportista siquiera ayudaron. El éxito agota, y Lewandowski necesitaba un cambio para intentar seguir triunfando allí de ahí. Seguramente había otra forma de hacer las cosas, aunque sabía que la directiva del Bayern, formada en su mayoría por exjugadores del club, se muestra intransigente cuando se tráfico de negociar contratos, fichajes y horizontes. Entonces optó por la frialdad y la claridad y alcanzó su objetivo, irse al FC Barcelona, a costa de dejar una pequeña mancha en el rememoración de los aficionados bávaros.
Lewandowski ya viste la camiseta del Barça
El hueco que deja es más holgado, seguramente difícil de rellenar. Algunos consideran que no deben tratar de sustituirlo, que el equipo tiene las herramientas para seguir triunfando sin un '9' de sus características (y siquiera de su nivel, porque es casi difícil encontrarlo). Él mismo aseguró, en su presentación con el Barça, que "el Bayern no necesita un reemplazo", ya que "su ataque está perfectamente dotado". "Los jugadores tendrán más responsabilidad a la hora de marcar goles y podrán crecer en ese sentido", prosiguió.
El club, sin confiscación, se movió rápidamente para atar a Sadio Mané, aunque no sea un punta centro al uso, y al mozo Mathys Tel, un atacante de 17 abriles procedente del Stade Rennes que puede contar con los dedos de las manos sus partidos en la élite. Mané, recientemente célebre Futbolista Africano del Año, ocupaba la parcela izquierda del ataque del Liverpool de Jürgen Klopp. Le gusta mucho aparecer en posiciones interiores y está acostumbrado a atacar los espacios libres que puede dejar un 'hipócrita 9', ya que lo hizo durante varias temporadas con Roberto Firmino. Sin confiscación, sobre todo desde la arribada de Luis Díaz, estaba participando cada vez más como punta centro, una posición que ahora se le abre de par en par en el Bayern frente a la salida de Lewandowski.
Sadio Mané tiene arreglo con el Bayern hasta 2025
Por su parte, Tel es todavía muy mozo y tiene todo por demostrar al mayor nivel. No obstante, su fichaje costó casi 30 millones, indicativo de la confianza que la dirección deportiva del club tiene depositada en su potencial. Hasan Salihamidzic, el patrón de ese área, lo definió como "uno de los mayores talentos de Europa". No llega como reemplazo del polaco, ya que su perfil es diferente. "Es un punta muy rápido, bueno técnicamente y versátil", explicó Salihamidzic.
Julian Nagelsmann tendrá a su disposición muchos bienes diferentes para pertrechar su ataque. Tiene el regate de Coman, la capacidad asociativa y el desborde de Serge Gnabry y Leroy Sané, la verticalidad de Mané, la calidad en espacios reducidos de Jamal Musiala y la eterna inexperiencia de Thomas Müller, adicionalmente del apoyo de Joshua Kimmich y Leon Goretzka desde el centro del campo. Sin confiscación, el panorama es completamente diferente tras la salida de Lewandowski. Por mucho que parte de la directiva y de los compañeros se muestren contentos públicamente por la resolución de la situación, seguramente pasarán abriles hasta que el Bayern pueda retornar a contar con un punta del nivel histórico del polaco.
Sandro Wagner, exdelantero del club, reconoció públicamente que está "ilusionado, pero poco escéptico" con la situación del equipo tras la salida de una de sus mayores leyendas y, sobre todo, con la posibilidad de juguetear sin un '9' puro. El Bayern siempre ha contado con esa figura desde los tiempos de Gerd Müller. Karl-Heinz Rummenigge, Jürgen Klinsmann, Roy Makaay, Luca Toni, Miroslav Klose, Mario Gómez, Mario Mandzukic... Retozar sin un punta centro clásico sería una novedad en un club que nunca se ha pasado en esta postura, que nunca se ha planteado un círculo así.
Transformación táctica
El Bayern siempre ha contado con delanteros centros de mayor nivel, la marcha de Lewandowski obliga a despabilarse soluciones
Nagelsmann, un pedagogo de las revoluciones tácticas que ya demostró su conocimiento y su adaptabilidad a distintos sistemas como técnico del RB Leipzig, tendrá la posibilidad y, al mismo tiempo, el desafío de poder moldear el equipo y ponerle su sello personal. Manuel Neuer seguirá siendo incuestionable en puerta. En defensa, se abren dos escenarios: usar una pareja de centrales, probablemente formada por Matthijs De Ligt y Lucas Hernández; o una renglón de tres, a la que se sumaría Dayot Upamecano, a pesar de las dudas que dejó la pasada campaña. Alphonso Davies es indiscutible en el lado izquierdo y lo más probable es que Noussair Mazraoui, recién llegado del Ajax, ocupe el pegado derecho por delante de un Benjamin Pavard que sigue en la rampa de salida.
El centro del campo es, indiscutiblemente, de Joshua Kimmich y Leon Goretzka (en cuanto se recupere de la ofensa sufrida en pretemporada), una de las mejores parejas de mediocentros de los últimos abriles. Las dudas surgen por delante, donde las combinaciones posibles son infinitas y las posiciones limitadas. Mané, Sané, Gnabry, Musiala, Müller, Coman y los recién llegados Gravenberch y Tel pelearán por establecerse la media punta y el ataque.
Disposición original del Bayern Múnich en su amistoso de pretemporada contra el Manchester City
Casi todos podrían establecerse varias posiciones. Gnabry, Sané y Mané pueden juguetear tanto en manada como por interiormente; Musiala es capaz de moverse en la posición de interior o más reformista; Müller suele tener plena osadía de acto; Tel ha sido presentado como un deportista "versátil"; y Gravenberch es un medio ofensivo que todavía podría adaptarse a varios puestos dependiendo del esquema. Coman es el único cromo intercambiable, no se le puede mover de la renglón de cal.
El Bayern no necesita una reconstrucción, ni mucho menos, pero la salida de Lewandowski sí que obliga al equipo a plantearse nuevas situaciones y nuevos desafíos para perdurar el dominio indiscutible que tenían en Alemania y seguir siendo uno de los candidatos más firmes al éxito europeo año tras año. Nagelsmann es, seguramente, el hombre más indicado para aguantar a sitio tal transformación. Un monitor mozo, de la nueva escuela de técnicos alemanes, formado en la 'comercio Red Bull' y muy ecléctico y camaleónico. Las piezas del puzzle están sobre la mesa, equivocación hacerlas encajar para no tener que echar de menos al mejor '9' de su historia desde la época del 'Torpedo' Müller.
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