Adrian Monziar tiene 26 abriles. Es cantante, actor y realizador audiovisual. Graba videoclips y spots para artistas locales y tiene diferentes canciones interpretadas por él mismo. Cuenta con más de 50 mil visualizaciones en YouTube, donde comparte sus últimos temas. Es, además, quitamanchas de ventanas en el Monasterio de Pedralbes desde hace siete abriles para sacarse un extra. "Es un entorno inusual y meditativo, y lo siento como si fuera mi casa", comenta durante la entrevista en la redacción de La Vanguardia.
Te defines como una persona "de bucear en charcos y chapotear en océanos". ¿Cómo es Adrian?
Me gusta mucho encontrar la esencia de cada momento, la textura y la artesanía de la conversación, que el momento sea siempre auténtico. Que cada instante tenga su identidad propia.
¿De dónde te viene la vena artística?
Viene de pequeño, de encontrar una modo en la que yo pudiera conducirse de poco sin tener que esforzarme mucho. Encontré el arte, el entretenimiento y el espectáculo. Esto me ha llevado a que no me cueste hacer este tipo de cosas. Lo veo como una modo de no esforzarme y tener una máxima eficiencia de lo que yo puedo ofrecer al mundo. Habrá personas que serán eficientes en otras cosas, y yo lo soy en esto.
¿Cómo describirías tu música?
Atractivo. El elegancia es el encanto de las cosas, poco con identidad. Mi música la describiría como elegante y salvaje al mismo tiempo. Conservadora pero atrevida. De contrastes.
¿Por qué decides adentrarte en el mundo de la música? ¿Por estética?
Siempre. Es un mundo muy amplio y con mucha competencia, pero me he metido sin ningún tipo de expectativa y simplemente por disfrutar y explorar mi superficie más artística. Explorar más texturas de lo que llevo en el interior. Tanto en la música como en lo que ofrezco en un tablas, que asimismo forma parte del proceso creativo. Para pasármelo correctamente y para que otra masa se lo pase correctamente conmigo. Ofrecer poco entretenido, con identidad marcada y que la masa se atreva a escucharme y participar en esta propuesta. Que se sienta sumergido.
¿Es complicado ganarse la vida en el mundo de la música?
No lo sé. Pregúntaselo a quien se la gane (ríe). Yo no me la gano, pero vivo de la música, porque la música y el arte me mueven. Quizás en el mundo del audiovisual, en el que sí que puedo tener un poco más de remuneración, podría proponer que es complicado y que requiere de una gran determinación y una capacidad de sumergirte en mundos que igual no son del todo cómodos. Lo que no puedes es tener lugar de estar en un primer escalón a estar en lo alto. Es un proceso de ir tocando puertas, de intentar mucho, de llevarte hostias, hasta que un día sale esa oportunidad, esa cuerda que te lleva hasta lo parada.
¿Has incompatible esa oportunidad para ascender a dedicarte?
Estoy en el proceso de búsqueda. Considero que he terminado un proceso de una larga formación y de plantar los cimientos de todo el edificio, y ahora voy a construir la estructura para ver a dónde llego. No sé si llegará parada o si se quedará en una choza. Ya veremos. La oportunidad llega en el momento de crearla con todo lo que he ido aprendiendo de la calle y de lo que yo mismo me he buscado. Ahora llega lo emocionante.
¿Qué barreras puedes encontrarte en este camino?
La única barrera con la que tengo que batallar y con la que lucho constantemente es la de yo mismo.
¿Cómo la superas?
Se puede cavar debajo del pared. Trabajando desde en el interior con destino a fuera para aventajar todo tipo de barreras. Si no hubiera barreras, sería todo más fastidiado. Imagínate un camino plano. Es muy provechoso todo el proceso de encontrarte desafíos a lo desprendido de tu vida, y de tener la suficiente capacidad para aventajar conflictos y enfrentarte a las cosas, eso es lo que te hace superarlas, no el hecho de memorizar cómo saltarlas.
Igualmente comentabas que eras "ferviente de la esencia permanente de las cosas en un mundo repleto de inmediatez y consumo". ¿Cómo valoras la industria de la música y la forma en la que las personas la consumimos?
En los últimos cinco abriles, sobre todo con la venida de las stories y de Tik Tok, ha crecido una coexistentes de compulsividad inmensa. Nos hemos acostumbrado a que las cosas duren 15 segundos y ya pasemos a la próximo, y eso lo podemos inferir a la vida verdadero. No sabemos cocer las cosas al fuego que necesitan. Supongo que con la música asimismo es igual. Yo siempre llevo un discman (lo enseña), porque te da la oportunidad de escuchar solo un disco que ha sido creado como un concepto exquisito. Así, escuchas doce canciones que forman parte de poco único, y te sumerges en esta entorno. Hoy en día, la modo que tenemos de consumir la música nos impide ver la esencia, porque está orientada a una mentalidad de consumo inmediato.
¿A quién va dirigida tu música?
Durante un tiempo tuve expectativas de ser una fortuna tierno de Disney y tener un concierto repleto de fans jóvenes gritando por mi, pero luego miras quién eres y dices, "pero si yo en el autobús del colegio me sentaba en los asientos de delante para dialogar con los profesores, que eran los mayores". Me dirijo a un notorio de 30 o 35 abriles con un poco de reflexión, que están entre la pubertad y la reflexión, aunque supongo que determinado más muchacha puede sentirse igualmente identificado. Canto a un notorio con experiencia de vida, que no indagación esa música de consumo inmediato, sino un producto artesano que disfrutar, poco más sibarita.
¿Tu música va dirigida a ser escuchada en un discman ayer que en una historia de Instagram?
Las dos. Lo bueno de estar entre esos dos mundos es que entiendo tanto las stories de Instagram como el discman, porque compartes 15 segundos de mi canción en una historia de Instagram y funciona. Igualmente, lo puedes escuchar en un discman como un concepto exquisito completo y asimismo funciona. Me gusta tener esa parte de modernidad de hoy en día, al igual que ese proceso artesano más antiguo.
Me has comentado que compaginas tus trabajos como realizador y músico con los de quitamanchas de cristales en el Monasterio de Pedralbes. ¿Qué similitudes encuentras entre los dos oficios?
Supongo que a lo desprendido de los abriles he aprendido que las tareas tan mecánicas como duchar una ventana se conviertan asimismo en una oportunidad para explorar cosas internas. Cuando estás limpiando una ventana es todo muy mecánico e interiorizado. En piloto obligatorio, tu mente puede entrar en un estado meditativo o de exploración que me resulta inspirador. Me resulta inspirador duchar ventanas, porque entro en estado de meditación profunda y ahí surgen ideas y reflexiones, se desbloquean ciertas cosas que estando en alerta no pueden desbloquearse. Ahí surgen muchas cosas interesantes.
¿Hurtar ventanas te inspira a cantar?
(ríe) No es el hecho de duchar ventanas. Puede ser una fuente de inspiración el hecho de que tú estés en una actividad mecánica y la aproveches para inspirarte en otras cosas, y más en un entorno tan natural como es el convento de las monjas de Pedralbes, donde hay mucho silencio y mucha paz. El sitio invita a meditar, no es un entorno de trabajo donde se sufra de un gran estrés. Supongo que duchar las ventanas de mi casa sería diferente.
¿Cómo te ves en el interior de unos abriles?
Primero, espero que vivo, estoy trabajando para ello. Cuando nos formulamos esta preguntas, de repente uno se tiene que contraponer a sí mismo.
¿Te ves compaginando entreambos trabajos?
No, lo del monasterio de Pedralbes tiene su aniversario de caducidad. Viendo cómo está la masa y cómo interactúa, estamos en un momento de mucho florecimiento. Estamos como si hubieran cabreado un bosque y la masa esté plantando semillas para que crezca de nuevo. Si te empeñas en plantar las primeras semillas, tu árbol será el que crezca primero. Me veo en mucha concordia. No me gustaría separar lo profesional de lo personal. Ese ha sido mi gran sueño. Sería nefasto ascender a un punto en el que te das cuenta de que todo ha sido una película y digas "ahora soy un adulto cómodo y tengo que aumentar las horas limpiando ventanas". Que está correctamente, pero hay que poner empeño y fe en lo que quiero conseguir. Ayer vi la película de Million Dollar Baby, cuando la protagonista quiere convertirse en boxeadora profesional y llega a serlo. Con empeño y perseverancia puedes conseguir grandes cosas. Y si no las logras, por lo menos vas a tener la conciencia tranquila de que has puesto todas tus capacidades en el tablero. Buscando siempre la excelencia, nunca la perfección, porque si eres perfeccionista nunca vas a estar satisfecho. La excelencia es agenciárselas lo mejor que puedes hacer con lo que tú tienes, y eso es una de las grandes satisfacciones que puedes llevarte en la vida.
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