Casi 100.000 hectáreas calcinadas en dos semanas, más que en todo 2021

Los incendios registrados en las últimas dos semanas en medio de una de las olas de calor más intensas y extensas vividas en España han afectado a casi 100.000 hectáreas forestales, más que todo lo ardido en 2021, según datos del organismo europeo EFFIS basados en imágenes por secuaz.

El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés) usa para sus estimaciones imágenes satelitales aportadas por Copernicus y que, en su última aggiornamento, arrojan un saldo de 200.371 hectáreas calcinadas desde enero, 60.112 más que a época 16 de julio y 98.881 más que a 9 de julio.

Estos datos confirman que España se enfrenta a la peor ola de incendios de la serie histórica que maneja EFFIS (iniciada en 2006), hasta ahora liderada por 2012, cuando los incendios afectaron a 189.376 hectáreas; seguido de 2017, con 130.920.

España es el país europeo más afectado por los incendios en lo que va de año, con el 0,4 % del comarca doméstico

Encima, la emblema de hectáreas afectadas por los incendios desde enero multiplica por casi nueve a la media registrada entre 2006 y 2021, de 23.285 hectáreas, y casi iguala a lo que ardió en el conjunto de 2021 (84.827 hectáreas), 2020 (61.099) y 2019 (63.853).

Según la misma fuente, España es el país europeo más afectado por los incendios en lo que va de año, con el 0,4 % del comarca doméstico.

Le siguen, por superficie afectada, Rumanía (149.264 hectáreas), Portugal (49.752), Francia (40.998 hectáreas), Croacia (30.889 hectáreas) e Italia (27.883 hectáreas).

Las cifras estimadas por EFFIS superan ampliamente a las aportadas por el Gobierno castellano, que, basándose en datos de las comunidades autónomas, ha criptográfico en 122.000 las hectáreas arrasadas desde inicios de año, 52.000 más que a época 10 de julio.

Según fuentes del Profesión para la Transición Ecológica, las cifras reales de afectación de un incendio pueden tardar primaveras en conocerse y para una veterano precisión los datos deben tomarse sobre el ámbito.

Entre los incendios más devastadores de las últimas semanas, destaca el de Losacio, en Zamora, en el que murieron dos personas y que, según estimaciones basadas en imágenes de Copernicus aportadas por el Gobierno de Castilla y Arrojado, habría afectado a 36.000 hectáreas.

No obstante, el número exacto de superficie calcinada puede ser inferior, ya que en el interior del radio arrasada por el fuego puede activo zonas que no se hayan cabreado.

De confirmarse esa superficie, sería el veterano incendio de España desde que hay registros y superaría en 10.000 hectáreas al registrado a mediados de junio en la reserva de la Sierra de la Culebra, en la que asimismo se adentró el fuego originado por un exhalación en Losacio.

Todavía han ardido miles de hectáreas en los incendios aún activos en Carballeda de Valdeorras (Orense) y Folgoso (Lugo), y en otras localizaciones como Ateca (Zaragoza), la comarca del Bages (Barcelona) o los Casas de Miravete, Ladrillar (Las Hurdes) y el Jerte, en Extremadura. 

Mercancía de la tragedia

La Fundación Franz Weber estimó este sábado que los incendios de las últimas semanas habrían arrasado ya más de 80.000 hectáreas en la Península y Tenerife y que, de acuerdo con los modelos predictivos del catedrático Christopher Dickman de la Universidad de Sidney (Australia), esto podría activo supuesto ya la homicidio de más de un millón de animales silvestres y domesticados.

Distintos estudios señalan que de media, por cada hectárea conviven entre 10 y 15 individuos de especies de mamíferos, aves, roedores y otros seres vivos, como invertebrados. De ahí las estimaciones de esta fundación, a las que habría que sumar aquellos animales que no pudieron ser liberados de explotaciones ganaderas y animales de grupo, como perros, gatos o pequeñas especies, incluso peces, agregó.

Según las sucesivas memorias de la Fiscalía Genérico de Medio Dominio, la inmensa mayoría de los incendios tienen una intencionalidad humana clara de gestar pastos para la rebaño, alejar depredadores silvestres o mejorar las acciones de caza en una determinada zona.

Por todo ello, la ONG fisiatra pidió al Gobierno central aprobar una táctica pública preventiva, que incluya políticas que contribuyan a adoptar hábitos alimentarios con último impacto ambiental --mayor ingesta de vegetales y menos cárnicos--, asuma la renaturalización como medida proactiva y "vete definitivamente la caza en los espacios afectados por las llamas y aquellos adyacentes".

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