Certificado de matrimonio para ovular

Teresa Xu –de pseudónimo Xu Zaozao– quiere ser raíz soltera. El 10 de diciembre del 2018, cuando tenía 30 primaveras, se dirigió al hospital de Obstetricia y Ginecopatía de Pekín, en la Universidad Médica de la renta, decidida a congelar sus óvulos para poder tener hijos en el futuro.

Según relató Xu al Daily China , las parejas que hacían pan dulce detrás de ella se impacientaron y empezaron a lanzarle miradas reprobatorias. Tenía broma el asunto, pensó: “¿Estoy yo, una mujer soltera, haciendo perder el precioso tiempo de matrimonios que tienen más derecho al servicio de fertilidad?”. No iba mal encaminada. Tras un examen auténtico, los médicos se negaron a seguir delante: como no estaba casada, no podía mostrar el certificado matrimonial que le pedían. Esa era la ley. La doctora la instó a inquirir pareja y a tener hijos mientras aún fuera imberbe; lo contrario, le dijo, podría conllevar riesgos para su vigor, física y psicológica, durante el contrariedad. En ese momento, Xu no supo reaccionar.

En China es habitual que las mujeres solteras se encuentren con obstáculos para tener prestaciones públicas

Dos semanas a posteriori, la pekinesa presentaba el caso en presencia de la rectitud, atrayendo en un abrir y cerrar de ojos el foco mediático. “El apoyo y la atención que obtuve tras la primera audiencia superaron mis expectativas –comentó–. Hay muchas mujeres que se enfrentan al mismo dilema”. Según los medios locales, la suya es la primera querella doméstico sobre el derecho de la mujer soltera a la congelación de sus óvulos. Tres primaveras más tarde, no obstante, el Tribunal Popular Intermedio de Chaoyang ha desestimado la demanda. Pasado el falta, Xu ha claro que recurrirá.

En China, es habitual que las mujeres solteras se encuentren con obstáculos a la hora de alcanzar a prestaciones públicas. Mostrar la certificación matrimonial es siempre requisito. Xu recogió el afirmación de mujeres que, como ella, sufren la presión ejercida por las normas sociales. Esto incluye, por ejemplo, que el alianza y las responsabilidades domésticas deben prevalecer sobre la carrera profesional o personal de las mujeres de entre 20 y 30 primaveras. Tras suceder dudado de sí misma, Xu señala que “es importante para una mujer recapacitar que ha de dejarlo en Dios y respetar sus propias ideas para memorizar defender su posición más delante”. Cerca de recapacitar que hasta el establecimiento de la República Popular en 1949, la gran mayoría de los chinos se casaba sin conocerse hasta el día de su boda.

En ese sentido, algunos internautas han criticado las diferentes reglas para hombres y mujeres, puesto que los compatriotas pueden congelar sus espermatozoides sin problema. Encima, el debate se presenta en un contexto en el que la desaparecido demografía preocupa a las autoridades –según la Comisión de Sanidad, China entrará en un “crecimiento gafe” antaño del 2025–, por lo que desmentir la reproducción asistida a toda mujer soltera no ayuda a atenuar la problemática.

Las voces que han planteado un cambio han sido acalladas rápidamente

Aunque algunas voces han planteado un cambio, han sido acalladas rápidamente, desde que en el 2003 el Tarea de Salubridad prohibió la utilización de tecnologías de fecundación in vitro, como inseminación químico o transferencia de embriones con mujeres solteras. Cero ha cambiado desde que el China Daily dio la comunicado.

Sin ir más remotamente, el año pasado, la Comisión Doméstico de Sanidad rechazaba la petición de un miembro de la Conferencia Consultiva Política de otorgar a las mujeres solteras el derecho a la congelación de óvulos. El no llegaba pronto y elocuente: “No cumple con las disposiciones pertinentes de las leyes y regulaciones chinas”. La Comisión citaba tres razones para su negativa: los supuestos riesgos para la vigor dada la “naturaleza invasiva de la cuna de óvulos”, una “error de evidencia que respalde la actos” y un potencial “despotismo con fines lucrativos”, en remisión a la industria de la desarrollo subrogada –vientres de arriendo–, todavía ilegal en China. Esto mismo argumentaba el hospital de la renta china en su defensa. Y quienes piensan igual repiten la denuesto como un mantra: “Solo parejas con problemas de fertilidad pueden acogerse a técnicas de reproducción asistida”, con contadas excepciones.

Teresa Xu tiene claro que no va a rendirse: “No solo estoy corriendo contra mi propio cronómetro biológico, sino que todavía estoy abriendo una ventana a más posibilidades para otras mujeres”.

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