Una expedición en el Pacífico ha descubierto 39 especies marinas "potencialmente nuevas". Los nuevos descubrimientos van desde pepinos de mar hasta estrellas de mar y representan una parte de las muchas de las especies no descubiertas que se encuentran en las profundidades del océano.
Las nuevas especies han sido recogidas por un equipo del Museo de Historia Natural de Gran Bretaña, utilizando un transporte operado por control remoto (ROV) en los planos abisales de la zona Clarion-Clipperton del Pacífico central, un dominio rica en minerales y foco de la minería de aguas profundas que se encuentra entre México y Hawaii.
Un paso más en el estudio de megafauna
La autora principal del estudio, la doctora Guadalupe Bribiesca-Contreras, ha explicado todos los nuevos especímenes se clasifican como macrofauna: más grandes que los organismos microscópicos, pero con un tamaño de sólo centímetros o incluso milímetros.
Esto hace que estos hallazgos, que se han publicado en ZooKeys, sean especialmente interesantes, dice Bribiesca-Contreras, ya que la viejo parte de los conocimientos científicos sobre la macrofauna de las profundidades marinas se derivan exclusivamente de fotografías que se habían tomado con prioridad.
"Sin los especímenes y los datos de ADN que contienen, no podemos identificar adecuadamente a los animales y entender cuántas especies diferentes hay", ha dicho la experta, que ha matizado que es es complicado diferenciar entre especies simplemente con fotos.
En total, recogieron 55 ejemplares de 48 especies diferentes. Siete se han confirmado como nuevos descubrimientos, dice Bribiesca-Contreras. Se cree que otros 32 son nuevos, pero hay que seguir trabajando para confirmarlo. "Definitivamente no esperaba encontrar tantos animales. No estábamos seguros de que hubiera ninguna especie conocida de la zona, ya que hay muchas especies que aún no se han descrito", ha agradecido Bribiesca-Contreras.
Pero igualmente hay problemas a los que hacer frente. Los especímenes conocidos con los que compararían nominalmente las nuevas muestran no están en las mejores condiciones. Según la experta, "los especímenes más antiguos de las profundidades marinas suelen estar dañados" ya que se recogieron con métodos que no favorecen su conservación. Si al comparar dos animales similares faltan características, es difícil conocer si se han perdido durante la monasterio o si se comercio de una especie diferente. Y igualmente deben hacer frente al formol en el que se guardan las muestras antiguas, que dificulta la linaje de ADN.
Adrian Glover, investigador de mérito que dirige el Montón de Investigación de las Profundidades Marinas del Museo, ha recordado que ya sabían que "los pequeños animales de tamaño milimétrico, llamados macrofauna, tienen una gran biodiversidad en los abismos"; sin retención, hasta ahora no se había tenido "mucha información sobre los animales más grandes que llamamos megafauna, ya que se han recogido muy pocas muestras". "Este estudio es el primero que sugiere que la desemejanza puede ser muy reincorporación igualmente en estos grupos", ha aguzado.
Para realizar esta investigación ha sido esencia el uso de un ROV. Thomas Dahlgren, de la Universidad de Gotemburgo, es el irrefutable que estuvo a cargo de reunir las imágenes durante una expedición en junio de 2018: "Al conducir el ROV por el fondo marino, al principio parecía que los animales eran increíblemente raros [...] Hubo momentos en los que no vimos ni un solo animal durante sobrado tiempo. Pero, increíblemente, cada animal que encontrábamos era casi siempre una especie diferente. Es un ecosistema muy inusual".
Clarion-Clipperton, zona de interés minero
La zona Clarion-Clipperton, que alpargata más de cinco millones de kilómetros cuadrados, siempre ha sido objeto de interés para que los científicos evalúen los impactos de la explotación minera de los fondos marinos en este entorno; no obstante, es remota y difícil de investigar.
Bribiesca-Contreras ha detallado que "en cruceros de investigación" es sobrado caro y no suelen repetir ubicaciones. Encima, en el caso de esta dominio concreta se han protegido ciertas zonas por ser Áreas de Singular Interés Ambiental (API), de las cuales se han investigado tres.
Esta zona es especialmente interesante para la comunidad científica porque permite evaluar los impactos de la minería de los fondos marinos en este entorno. En este sentido, la zona Clarion-Clipperton está cubierta de nódulos polimetálicos, que son ricos en metales importantes como cobalto, níquel, manganeso y cobre. Todos estos minerales deben arriesgar un papel importante en la transición verde.
Por lo tanto, la zona Clarion-Clipperton es un objetivo de explotación minera y se dilación que estos descubrimientos puedan servir de colchoneta para la toma de decisiones en futuros proyectos de minería óleo, que de momento es un negocio que está por explotar. "Se avecina una gran intrepidez de la sociedad con respecto a la minería de aguas profundas y nuestro papel es proporcionar todos los datos que podamos para informar de esa intrepidez lo mejor posible", ha pronosticado Glover.
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