Cómo se masifica el inaccesible K2

Los alpinistas llaman la montaña salvaje o the killer al K2 (8.611 metros), el segundo pico del planeta tras el Everest, por la dificultad de escalarlo dadas sus características y las condiciones climatológicas habituales. Por eso, es anuncio el número de escaladores de estos días: 145 llegaron a la cima el día 22, cuando solo lo habían acabado 367 hasta el 2018.

La situación que se da en el K2 esta temporada veraniego de expediciones comerciales (que va de junio a principios de agosto) reaviva el debate sobre la mercantilización y masificación de incluso las montañas más inexpugnables. Desde hace tiempo se denuncia en el Everest y el impacto ambiental que tiene. Estos últimos primaveras, las expediciones se han multiplicado en el K2, situado en Pakistán. Según medios especializados en montañismo, esta temporada se habían pedido más de 400 permisos para ascender el K2 y el cercano Broad Peak (8.051 m).

El sherpa Mingma G. colgó un vídeo del pasado día 22 de un atasco de alpinistas en una de la zonas más complejas del K2

El sherpa Mingma G. colgó un vídeo del pasado día 22 de un obstrucción de alpinistas en una de la zonas más complejas del K2

@14peaks

El montañero Alan Arnette, con un conocido blog, publicaba el día 22 que al menos 145 personas habían coronado el K2 en un día y podrían hacerlo 175 esta temporada. “El maniquí Everest ya es oficial”, decía. “Escribí en el 2016 que el K2 nunca se convertiría en el Everest. Estaba inexacto”.

Como recordaba Arnette, el K2 no se coronó hasta 1954 y las expediciones fueron contadas hasta 1986, cuando 26 personas alcanzaron la cima. Desde 1954 ha habido 32 primaveras en que nadie consiguió aparecer, lo que solo ha ocurrido nueve primaveras en el Everest. Los 50 primeros primaveras llegaron a la cumbre del K2 246 alpinistas, nueve veces menos que a la del Everest.

En el 2004, en los 50 primaveras de la primera cima, la coronaron 48 montañeros; en el 2018, 62; el año pasado, 58. Lo de este año no tiene precedentes. Se relaciona en parte con que la covid impidió muchas expediciones durante dos primaveras. Arnette atribuye en su blog que más personas intentan coronar el pico y lo consiguen a la colocación de cuerdas fijas para simplificar el avance y descenso por las empresas que organizan expediciones comerciales y al uso generalizado de oxígeno suplementario. 

El "maniquí Everest" atrae a más alpinistas

Arnette subraya la ratio del día 22 de 88 sherpas (muchos de ellos nepalíes) y expertos pakistaníes para 54 clientes. Pocos montañeros van al beneficio de las grandes expediciones. Arnette destacaba que el día de más alpinistas solo consta que ascendieran sin oxígeno la andorrana Stefi Troguet, la taiwanesa Grace Tseng y un escalador chino.

El experto escalador Òscar Cadiach (que hace primaveras coronó el K2 sin oxígeno) señala que influye igualmente en que haya más expediciones y más exitosas que la temporada de buen tiempo se alarga, por el cambio climático, y que se dispone cada día de más tecnología para planificar cuando se darán las mejores condiciones para atacar la cima. Antaño, muchos ascensos se veían frustrados por un pérdida repentino del tiempo.

“Escribí que el K2 nunca se convertiría en el Everest. Estaba inexacto”, dice un montañero en su blog

En el 2014 (coronaron el K2 48 montañeros, 32 en un día), ya se empezó a cuchichear de que se trasladaba la masificación del Everest. Sin duda contribuye a la afluencia de escaladores que en enero del 2021 alcanzaron el pico por primera vez en invierno los equipos de dos reputados sherpas nepalíes. Uno, Mingma G., es quien colgó hace unos días en las redes sociales la foto del obstrucción de este año durante el avance. El otro, Nirmal Purja, presumía de poseer llevado a la cima ese día una expedición de 33 personas (él, sin oxígeno). La de Mingma G. era de 23.

Imagen del Twitter de Nirmal Purja hace unos días en el K2

Espectacular imagen del Twitter de Nirmal Purja hace unos días en el K2

K2 sherpa Nirmal Purja

Especialistas como estos sherpas garantizan un elevado porcentaje de éxito en los ascensos, lo que atrae a más montañeros. De ello se benefician el país y la población específico que vive del negocio. No se puede imponer una visión occidental condenando esto, opina Cadiach.

“No se masifican solo las montañas, hoy es todo –reflexiona el experto montañero–. Cuando lo hablamos los alpinistas decimos qué compasión, pero todo tiene sus razones y ¿quién puede aseverar esto se hace así o tú subes, tú no? Es una actividad preciosa, que te atrapa y aquí entra la ética de cada uno: qué te compensa, subir a cualquier precio o cómo tu quieres”. 

Cadiach asegura que aún se puede “hacer montaña como se ha hecho siempre” si se quiere. Aún hay retos. Él se va a los Andes peruanos a ascender el Huascarán (6.768 m) con un equipo de cuatro personas, entre ellas, el campeón paralímpico (es invidente) de 400 metros, Gerard Descarrega.

Òscar Cadiach: “Aquí entra la ética de cada uno, qué te compensa, subir a cualquier precio o cómo quieres”

David Moscoso, sociólogo y director de planificación de la Confederación Española de Deportes de Montaña y Ascenso (Fedme), señala que en 20 primaveras ha aumentado mucho el número de practicantes de deportes de montaña (más de siete millones de españoles). Es un engendro integral, dice, y es natural que cause atascos en las cumbres, al ser limitada la mejor época para los ascensos (en verano). Ya se ha conocido en los picos españoles estos últimos primaveras. Y no cree que tenga factible arreglo.

El aumento de practicantes alimenta una industria, que cada vez haya más empresas especializadas que ofrecen servicios y faciliten que puedan culminar los picos personas con pequeño capacidad y experiencia técnica, igual que lo hacen otras más cualificadas. 

"En la sociedad de consumo, se examen morar experiencias y subir un pico lo es", dice David Moscoso, sociólogo

Moscoso cree que hace tiempo que acabó el mito del montañero intrigante, que se encuentra a solas con la naturaleza. “En esta sociedad de consumo se quiere morar experiencias y culminar un pico es una”, señala.

Ricard Santomà, vicedecano de turismo del IQS School of Management-Universitat Ramon Llull igualmente cree que el avance a las cumbres se ha mercantilizado porque se inscribe en el turismo flagrante que examen “experiencias”.

El obstrucción desvaloriza el mítico avance, cree el habituado en turismo Ricard Santomà

Apunta que cuchichear de masificación en el K2 o el Everest puede parecer exagerado, por unos cientos de personas, pero recuerda el concepto de capacidad de carga: cuánta parentela puede soportar un destino turístico sin perder su autenticidad. "Seguramente 150 personas en la cima del K2 es una desmán", apunta. Por ello cree los atascos “desvalorizan” el mítico avance al K2 y se pregunta si la tendencia va a ser sostenible.

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