La amplia viso de programas, series y películas que se ofrecen en las diferentes plataformas de streaming no podrá con un importante rival a agitar: la película de la tinieblas en televisión. Proporcionadamente sea por la propia rutina que lleva a uno a tumbarse al sofá o porque, simplemente, tener tanta proposición hace que uno se decante por ver lo que la televisión le ofrece; al final, la película de la tinieblas se queda como protagonista en muchos más hogares de los que parece.
Uno de los géneros más entretenidos para producirse un buen rato es la hecho mezclada con la presunción, y eso es poco que el cine oriental sabe hacer muy acertadamente. Ahora acertadamente, una cosa es crear y otra enterarse competir, poco no tan sencillo. Así se demuestra enEl Cenobita (2003), una especie de historia de artes marciales con toques de The Matrix en la que Chow Yun-Fat brilla con luz propia sin escasamente esfuerzo.
La historia, basada en un cómic underground del mismo nombre, narra la historia de una anacoreta tibetano inmortal (Chow Yun-Fat), que se convierte en el mentor de un inexperto de la calle, Kar (Seann William Scott), a quien enseña a proteger un añoso pergamino que el anacoreta ha cuidado durante sesenta abriles.
Una tarea en la que no estará solo, pues contará con la ayuda de una escurridiza inexperto, Jade(Jaime King), para batallar contra un enemigo popular: un malvado hábil de kung-fu colaborador con una ordenamiento secreta facha que aspira al control del mundo, y que no se detendrá en presencia de carencia hasta hacerse con el pergamino.
Una película de hecho que incorpora nociones propios del cine de artes marciales y lucha acrobática tan popular en Oriente, en los que se negociación de mostrar al kung-fu como lo que es, un método de autoprotección y lucha, pero todavía una filosofía.
Heath Ledger consideró el papel de Kar, pero optó por unirse a la película ‘Ned Kelly’ (2003)
Una película que muchos han calificado como la ‘Indiana Jones de las artes marciales’, con un anacoreta sin nombre intentando encontrar al nuevo Escogido en una obra más cómica que un título puramente de hecho. La esencia, no tomársela demasiado en serio y disfrutarla como lo que es, una historia para producirse el rato.
Lamentablemente, la cinta no convenció a la crítica, pero siquiera al manifiesto, porque no logró recuperar escasamente la porción de los 52 millones de dólares que invirtió como presupuesto original.
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