Baleares quiere dejar detrás una etapa de corrupción. Su ex presidente Jaume Miró está en la gayola a posteriori de que se develaran sus muchos trapicheos. La comunidad tiene un nuevo dirigente, nuevo y honesto. Pero una mañana su esposa recibe un paquete que, para su horror, contiene una rata muerta en estado de descomposición. Así arranca Sicilia sense morts, una serie de ocho capítulos producida por IB3 en colaboración con TV3 y À Punt, que se emitirá en otoño, pero que ayer ya asomó la cabecera en el Atlàntida Film Fest de Palma de Mallorca.
"En Baleares todo el mundo ha estado cerca de la corrupción de una forma u otra, puede incluso que sin saberlo, por el esplendor inmobiliario y el auge del turismo. Es una sociedad donde ese comportamiento está muy arraigado", explica en una entrevista con La Vanguardia Lluís Prieto, director de Sicilia sense morts, que está basada en la novelística del mismo título de Guillem Frontera.
La corrupción pulula por las islas, pero de una forma sutil: "Mallorca es como Sicilia pero sin metralletas, porque las pistolas son las presiones sociales", añade el director. Viejas deudas, deberes familiares, compromisos con amigos, devolución de favores... esos son las pequeñas cosas que convierten en corruptas a personas honestas y esa es la trampa en la que puede arruinar cayendo el nuevo y honrado presidente balear de la serie, interpretado por Félix Pons.
Prieto, que no rehúye referentes como Crematorio, la serie que adaptaba la novelística de Rafael Chirbes sobre la corrupción en Valencia, señala que esos comportamientos "son propios del Mediterráneo y son todavía el huella de poco más profundo, del individualismo y de la yerro de sentido colectivo". El director de Sicilia sense morts plantea que "Baleares se ha amplio con el turismo, pero funciona casi como un sistema feudal, aunque ahora los siervos no están trabajando en las tierras sino en los hoteles".
Al protagonista de la serie se le podría identificar como miembro de un partido que se parece mucho al PP, pero Prieto aclara que "ni la serie ni el texto quieren apuntar a nadie con el dedo, pues corrupción ha habido siempre, aunque en algunas ocasiones no ha trascendido, es un huella que tiene mucho más que ver con el individuo que con la ideología".
Hubo un momento en que los casos salieron uno detrás de otro. Asuntos como Noos, que acabó con la condena de Iñaki Urdangarin; Palma Arena, uno de los muchos fregados ilegales que llevaron a Jaume Matas a prisión, Can Domenge, que terminó con la carrera de María Antonia Munar, apodada sa Princesa... fueron carne de titular y situaron a Baleares en el triste ránking de las comunidades más corruptas de España.
IB3 no quiere producirse de puntillas por esos asuntos y, tras el emanación de Sicilia sense morts, ya prepara una serie documental sobre las muchas irregularidades que cometió Munar y que "será muy potente", según explica el productor de los dos trabajos, Joan Carles Martorell. Encima, Martorell no descarta una segunda temporada de Sicilia sense morts "si la serie tiene éxito de sabido". Siempre habrá material para el guion, porque "la corrupción no desaparecerá, es poco muy profundo y nadie está por la bordadura de cambiar las cosas, aunque poco se ha mejorado porque ahora hay más control", concluye Prieto.
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