Si le preguntan por la clan, Jakob Ingebrigtsen (21) se cierra en rotundo.
Curiosa paradoja es esta, pues hasta hace cuatro días la clan lo había sido todo para este temperamento del mediofondo: sus historias recorrían –y aún recorren– las redes sociales. Podemos contemplarlas a través de YouTube, en cápsulas emitidas en noruego subtitulado al inglés.
Decenas de capítulos, repartidos en cinco temporadas, nos han permitido seguir las aventuras de la clan. Team Ingebrigtsen, producida por la NHK, nos hace pensar en la clan de las Kardashian.
O en King Richard, el biopic de Hermosura y Serena Williams.
(…)
Jakob Ingebrigtsen se niega a platicar de la clan porque el tesina se ha desconfigurado. Gjert, el padre de los seis vástagos, ha dejado demoler a sus zagales.
Gjert ya no les dirige. No, al menos, del modo en el que lo había hecho hasta ahora. Desgastada la relación padre-hijos atletas, Gjert ha pasado a modo privado. Ni está ni se le dilación.
Ahora, los Ingebrigtsen se entrenan por su propia cuenta.
Y Jakob, de su padre no palabra.
–Creemos que es mejor para todos que él sea solo un padre y un anciano –se limitaba a asegurar un par de meses a espaldas.
Jakob es la perla de la clan, el mejor producto de la comercio Gjert Ingebrigtsen. Los mitómanos no olvidan su irrupción en el imaginario popular, en el 2018. Siendo aún un adolescente de 18 abriles, rostro picado por el acné jovial, Jakob Ingebrigtsen había aparecido en los Europeos de Berlín para conseguir aquello que nadie había conseguido antaño, ni Bannister, ni Coe, ni Ovett, ni Cram: firmar el doblete 1.500-5.000.
Et voilà, aquello iba a provocar millones de aplausos y unas tímidas críticas.
–Este crío se está saltando demasiadas etapas, se está quemando –comentaban unos pocos en las redes sociales,
–Se esté quemando o no, lo que ha conseguido ya es único. Valorémoslo ¿no? –contestaban sus defensores.
Categoría de divisa
La silueta de Jakob Ingebrigtsen parece índice para competir a Coe, Cram, Morceli, El Guerruj o Gebrselassie
El tiempo ha hexaedro la razón a estos últimos, a sus defensores. Pues remotamente de apagarse, la apasionamiento de Jakob Ingebrigtsen ha ido creciendo año tras año hasta convertirle en el referente mundial del mediofondo, el plusmarquista universal indoor de los 1.500, el campeón desconsiderado y el multimedallista mundial y europeo.
Gjert tiene mucho que ver en todo esto.
Gjert había sido un iluminado.
Cámara en mano, había ido recogiendo y editando las andanzas de sus criaturas desde que los críos eran muy críos. Jakob era un chiquillo que andaba detrás de Henrik y Filip, los mayores, recorriendo sobre los patines los pasillos de un parking subterráneo. Los críos amanecían así, patinando en los garajes, preparándose para ser esquiadores de fondo, y luego se iban a la escuela y luego, tras las clases, allí que volvían, al parking.
Todo esto nos los cuenta la clan, Team Ingebrigtsen: las grabaciones nos revelan que los muchachos iban para esquiadores de fondo, deporte doméstico en Noruega.
(Henrik, el longevo, llegaría a ser campeón doméstico júnior de la disciplina)
Las grabaciones además nos cuentan, sin incautación, que el atletismo tiraba más en el fuero interno de Gjert. El atletismo genera más metálico. Y sobre todo, genera más proyección internacional.
Para analizar sus posibilidades reales, Gjert Ingebrigtsen y su mujer, Tone, le habían encargado una delegación a Leif Inge Tjelta, fisiólogo noruego:
–Explora a mis hijos, y a posteriori dime qué ves.
La exploración de Tjelta iba a ser esperanzadora para unos y dolorosa para otros: dos de los seis hijos quedarían descartados. No daban la talla, no valían para el atletismo. Martin, uno de los descartados, aparece en la serie: resignado, acepta su sino, su papel de comparsa en una clan de superatletas.
Las capacidades de Henrik, Filip e Ingrid eran magníficas, pero Jakob se salía del rango. Con tan pronto como merienda abriles, registraba consumos de VO2 max (la tasa de consumo de oxígeno en esfuerzo mayor) similares a los de un ciclista de élite.
Con los datos en su poder, Gjert Ingebrigtsen se frotó las manos. Se arremangó y diseñó un plan: se dispuso a convertir a sus hijos en leyendas.
Las consecuencias fueron estupendas. Henrik se proclamó campeón europeo de los 1.500 m en el 2012. Filip le emularía en el 2016. Jakob les emularía en el 2018.
Team Ingebrigtsen explora aquellos momentos y además los accesos de ira de Gjert, su trabajo estajanovista y por instantes, agobiante; la rebeldía de los hijos, que se enfrentan entre sí, se estimulan, se retan, triunfan y además fracasan.
Hoy, con Gjert fuera del foco, las trayectorias de los Ingebrigtsen manifiestan derivas diversas. Mientras Henrik y Filip se apagan, víctimas de sus múltiples lesiones y contratiempos, y mientras la adolescente Ingrid se rinde (en los últimos meses ha dejado el atletismo), la figura de Jakob sobrevuela el tablas, preparado para reconquistar el mediofondo mundial como en su día lo habían hecho los más grandes: Coe, Cram, Morceli, El Guerruj, Gebrselassie.
(solo un atleta ha conseguido el doblete mundial 1.500-5.000: Bernard Lagat, en Osaka 2007)
Las series de 1.500 arrancan esta alborada, a partir de las 3.30 h, hora española. Mo Katir, Mario García Romo e Ignacio Fontes son las opciones españolas.
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