Tanto Pere Aragonès como la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, volvieron a tender ayer la mano a Junts para que se reincorpore a la mesa de diálogo tras su marcha en la última cita, pero la formación que lideran Jordi Turull y Laura Borràs no está por la laboreo al entender que con las circunstancias actuales no es posible “una negociación auténtico”.
De hecho, fuentes del partido destacan que a pesar de las apelaciones de Sánchez, en una entrevista en este diario hace unas semanas o en la tribuna del Congreso esta semana durante el debate sobre el estado de la nación, formalmente no han recibido ninguna indicación de la Moncloa.
En JxCat han tomado distancia de la organización de su socio en este postrero año y achacan la distensión contemporáneo a la escazes de Sánchez, tras los malos resultados de los socialistas en Andalucía, de reconfigurar una mayoría parlamentaria estable para concluir la lapso y poder sacar delante los presupuestos generales del Estado en un contexto de crisis. Tras la aprobación de las cuentas públicas del año que viene, a las puertas del ciclo electoral del 2023, será difícil pensar que habrá reuniones de la mesa de diálogo más allá de las Navidades, apuntaban fuentes de JxCat esta semana.
Por activa y por pasiva, desde Junts han dejado claro que no participarán en ese foro si no hay garantías reales de cumplimiento de lo convenido, y de que se abordan en un proceso de negociación auténtico la aprobación de una ley de indulto en las Cortes Generales en el año de lapso que queda y de un referéndum de autodeterminación pactado y agradecido internacionalmente. Esos tres puntos son condición sine qua non para los de Turull.
Encima, el vicepresidente y portavoz de la formación, Josep Rius, señaló esta semana que sin un situación de confianza es inviable retomar el diálogo y para ello exigió que se apruebe en la Cámara Desestimación la creación de una comisión de investigación sobre el espionaje con el software Pegasus a dirigentes independentistas.
El asunto se abordará hoy, en la segunda etapa del congreso del partido en La Farga de l’Hospitalet de Llobregat, por ello ayer los dirigentes de la formación no se pronunciaron al respecto. De todos modos, en la hoja de ruta política que se aprobará se apunta que la mesa “no ha cumplido con las directrices marcadas por el Parlament” y se lamenta que “ha transmitido una falsa apariencia sobre la situación” en Catalunya, “normalizando un acometida represivo que a muchos luceros internacionales ha quedado tapado por esta apariencia de diálogo”.
“La propuesta de Junts era la de la confrontación democrática directa con el Estado, sin cerrar en ningún momento la posibilidad del diálogo”, continua el texto, en el que se exige la presencia de un mediador en las negociaciones.
En septiembre JxCat no participó en la última reunión al no nombrar una delegación compuesta solo por miembros del Govern, tal y como exigía Aragonès , a quien acusan de vetarles. Con el cambio de dirección no se ha abordado la posibilidad de designar una nueva delegación.
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