"Los pumas no son un peligro difícil para el ser humano, en común tienden a alejarse cuando ven a una persona", explica el biólogo Emiliano Bonadio, director comprobado de la Fundación Rewilding Argentina y, al parecer, los que aparecieron en las últimas horas caminando por calles de Villa Gesell siguieron el patrón de conducta esperado. No se los volvió a ver.
No hubo pánico en el pueblo, pero sí se tomaron medidas preventivas. Se suspendieron las clases y se le pidió a la concurrencia que no saliera de sus casas. Su aparición en zona urbana sorprendió, pero el departamento porteño es parte de su hábitat.
Tras la aparición se suspendieron las clases y se le pidió a la concurrencia que no saliera de casa
El avistaje de los pumas fue aproximadamente a las 2 de la crepúsculo. El primero en aparecer fue el felino más prócer, caminando por la avenida 3, en pleno centro. Lo vieron vecinos y incluso los empleados del Centro de Monitoreo circunscrito a través de las cámaras. Más tarde, vieron al mismo animal en la zona de Paseo 105 entre calles 7 y 8.
En presencia de el suceso, hubo un eficaz del dominio de Zoonosis y de la secretaría de Seguridad del municipio. Todavía viajaron desde La Plata operarios de Flora y Fauna porteño, personal del Servicio de Incremento Agreste, a los que se les iban a sumar dos veterinarios y un cuidador del centro de rescate de Temaiken.
Por qué aparecieron los pumas en Villa Gesell
Se cree que se manejo de una hembra y sus crías, una o dos, y las especulaciones son múltiples: que pudieron tener huído de su hábitat natural a causa de un incendio (hace pocos días se registró uno en parte de la reserva natural de Mar Chiquita, a unos 80 kilómetros), o que puede tratarse de animales desorientados y que, en su camino por un nuevo zona donde establecerse, se toparon con el pueblo. Este jueves caía la tinieblas en Gesell y los felinos no habían sido localizados.
"Los pumas son crepusculares y nocturnos", cuenta a Clarín el biólogo Emiliano Donadio, que desde 2003 trabaja con pumas. Es el director de la Fundación Rewilding Argentina, que en su sitio web se presenta como un clan de conservacionistas y activistas "unidos por el compromiso de recuperar los ecosistemas naturales, el respeto por el valencia intrínseco de todas las especies y el sueño de establecer modelos de ampliación para las comunidades rurales en un contexto de coexistencia con la naturaleza".
Fue creada para enredar y revertir la agonía de especies. Por eso, el doble recomienda "tener más cuidado en la tinieblas". Aunque aclara que "los ataques de pumas son sumamente infrecuentes" dice que eso "no significa que uno no tome precauciones". ¿Qué hacer? "Básicamente cuidar todo lo que sea más abandonado, por ejemplo las mascotas".
Qué hacer si aparece un puma
"Uno se lo puede cruzar y, en el caso de encontrarse con un puma frente a frente, si uno está con criatura hay que hacerle upa, y no hay que quitarle los luceros de encima al animal. Hay que mirarlo fijo, retroceder hasta alejarse. Lo más seguro es que el animal retroceda. Si está en una ademán sospechosa, como que se agazapa y mira fijo, hay que espantarlo, tirándole poco cerca", explica Donadio.
Según el doble, el rango de distribución del puma incluye todo el país, "desde la selva de montaña a la estepa patagónica, de la Cordillera a las costas", y "no es raro que cada tanto aparezcan en lugares urbanos, como el de ahora hay varios registros, hace no mucho tiempo uno en Bariloche". Las razones en este caso son pura especulación.
El rango de distribución de este animal incluye todo el país y no es rara su presencia
"Son posibles explicaciones, porque de hecho no sabemos ni sexo ni antigüedad. Puede ser un animal rancio que haya perdido parte de la capacidad de caza y en una zona urbana encuentra mascotas, que son presa sencilla, o correctamente un ejemplar imberbe recién independizado, con poca experiencia, que se acercó par capturar una presa doméstica, o para engullir basura, lo que es poco popular".
Otra opción, dice Donadio, si se manejo de animales adultos en buenas condiciones, "es que hayan sido desplazados y por alguna razón terminaron atravesando la ciudad". En estos casos, cuenta, lo que más ocurre es que los animales se vayan por su cuenta. "Es infrecuente tener que usar un método mortífero de remoción", sostiene. El director comprobado de Rewilding no descarta que los pumas en Villa Gesell pudieran tener estado cautivos y consiguieron escapar. Advirtió que "es un animal salvaje, nulo tiene que hacer en cautiverio".
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