Como estaba previsto, Sánchez y Aragonès ya se han pasado las caras tras la crisis de Pegasus. El presidente del Gobierno ha recibido este mediodía en el Palacio de la Moncloa al presidente de la Generalitat con el fin de permanecer una reunión -de unas dos horas de duración- en la que confían regularizar la relación e impulsar la mesa de diálogo.
Aragonès ha llegado pasadas las 12:00 horas al complicado presidencial y ha sido recibido por Sánchez en la escalinata de ataque al edificio principal. Siguiendo el ritual habitual, flanqueados por las banderas de España y Catalunya, entreambos presidentes han estrechado sus manos y han posado, con cierta frialdad, para los fotógrafos antaño de retornar a saludarse y entrar al interior del edificio. Se prórroga que entreambos gobiernos informen de la reunión al finalizar la misma.
Fuentes de entreambos ejecutivos coinciden en avanzar que no se prórroga que salgan acuerdos concretos del enfrentamiento
El de hoy no es el primer enfrentamiento entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès desde que estalló hace unos meses la crisis del espionaje a los dirigentes independentistas, pero sí que es la primera vez desde entonces en que entreambos dirigentes se sientan para balbucir cara a cara, prolongado y tendido, de todo ello, y de cómo retornar a dar forma al diálogo entre gobiernos que diseñaron ERC y el PSOE al inicio de la plazo española.
El acercamiento se propició en sendas reuniones en Madrid y Barcelona del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la consellera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà. Reuniones que sirvieron encima para cerrar un "acuerdo situación para el diálogo y la negociación" en el que entreambos ejecutivos sientan las bases metodológicas de ese proceso, se comprometen a poner fin a la "judicialización" del conflicto y apuestan por la vía del diálogo.
Aragonès acude a la Moncloa, a un enfrentamiento que se prevé que dure unas dos horas, con la voluntad de calibrar cuál es la voluntad existente del superior del Ejecutante central con el diálogo, señalan fuentes de la Generalitat. El president tiene la intención de obtener "un situación de garantías" para la negociación, ya que para rehacer las confianzas se requieren hechos y no solo compromisos y palabras, señalan estas fuentes.
Pero las expectativas "son muy bajas", tal y como ya señaló la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, el martes pasado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell Executiu. "Sabemos de donde venimos y cargamos con una mochila de incumplimientos, por eso se requieren garantías y hechos", señalan las fuentes consultadas, que creen que es preciso obtener de la reunión un compromiso claro del presidente del Gobierno con la hoja de ruta del diálogo.
De hecho, fuentes de entreambos ejecutivos coinciden en que no se prórroga, de antemano, que salgan acuerdos de una reunión que tanto Sánchez como Aragonès afrontan en la linde de reparar la confianza entre entreambos y examinar el estado coetáneo de las relaciones entre sus gobiernos, renqueantes tras la fresco crisis. Tanto el equipo de Sánchez como el de Aragonès creen que se debe trabajar sin necesidad para avanzar en contenidos que puedan dar frutos a medio plazo, y que hasta que no haya acuerdos tangibles y de suficiente peso, no se convocará la mesa para ratificarlos y hacerlos públicos.
Peticiones del Govern
Las peticiones del Govern no han cambiado en todo este tiempo: autodeterminación, mediante un referéndum pactado, y perdón. Pero no serán esas las cuestiones que ocupen el tiempo de los presidentes solamente. Aunque no figura en el orden del día, Plaja sostuvo el martes que con toda probabilidad se abordará el espionaje al independentismo. "Es uno de los temas que ha roto y tensionado más las relaciones entre el Gobierno y el Govern en estos últimos meses. Se habló ya entre el ministro Félix Bolaños y la consellera Laura Vilagrà. No está en el orden del día, pero es difícil pensar que no se hablará", señaló la portavoz, que incluso reconoció que "las expectativas no son altas por que las relaciones de confianza están mermadas". "Pero es importante porque se verá si hay un cambio en el Gobierno castellano en la relación con Catalunya", contrapuso.
"Se abordará la situación de las relaciones entre los dos gobiernos, las relaciones no están normalizadas ni cerca de estarlo. Asimismo se hablará de las garantías exigidas por el Govern y la carpeta de la desjudicialización", resumió Plaja, que cree que "no es una reunión para la foto" sino una "reunión de la que se van a exigir que haya resultados concretos".
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