No estaba previsto. La reunión entre presidentes tenía que servir para desgastar asperezas y tomar el pulso a la voluntad negociadora tras el socavón vivido en las relaciones entre entreambos gobiernos por la crisis del espionaje a dirigentes independentistas y casi un año con el diálogo guardado en el congelador, pero finalmente hay concreción, tal y como reclamaba el Govern antaño de la cita.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que se han entrevistado en la Moncloa durante casi dos horas, han determinado que la próxima reunión de la mesa entre entreambos ejecutivos se celebre en Madrid la última semana de julio.
Sánchez ha recibido este mediodía el presidente catalán en un coincidencia que tenía que servir para estandarizar la relación e impulsar la mesa de diálogo a posteriori de unos meses de distanciamiento entre administraciones y que asimismo se ha producido entre sus respectivas organizaciones políticas, PSOE y Esquerra Republicana.
Los dos presidentes no participarán en la reunión de la mesa
La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha asegurado que la reunión entre Sánchez y Aragonès se ha desarrollado en un “medio ambiente positivo”. Y pese a señalar que entreambos presidentes han debatido sobre muchas cuestiones –como el despliegue de los fondos europeos de recuperación en Catalunya o la ejecución de las inversiones en infraestructuras-, Isabel Rodríguez ha explicado que los presidentes no hablaron ni de la audacia del abogado universal del Tribunal de Probidad de la Unión Europea que abre la puerta a una posible extradición a España de Carles Puigdemont, ni de una eventual reforma de los delitos de sedición y alzamiento en el Código Penal, ni de los próximos presupuestos generales del Estado.
En su comparecencia desde la delegación del Govern en Madrid, en la biblioteca Blanquerna, el director del Ejecutor catalán ha ido más allá que la ministra de Política Territorial y Función Pública y ha regalado a entender que habrá acuerdos concretos, eso sí, parciales, en la citación carpeta de la "desjudicialización", si aceptablemente ha eludido en todo momento detallar qué se puede pactar en ese ámbito por la discreción que exige la negociación. "Más importante que las palabras son los hechos. Se tienen que emprender a producir a partir de la próxima reunión de la mesa", ha insistido.
A pesar de corroborar el clima correcto y respetuoso durante el transcurso de la reunión, del que asimismo ha regalado parte la ministra Rodríguez, Aragonès ha sido cauto y ha señalado que la "normalización se producirá si hay acuerdos concretos", y ha vuelto a exigir "compromisos, no solo de palabra, hechos". "Eso es acuerdos para avanzar en los ámbitos que nos habíamos comprometido", ha añadido el president, que ha defendido que este "proceso de negociación no trabaja en el corto plazo".
Según el presidente de la Generalitat, conviene "matar con la represión porque es una piedra en el camino de la resolución del conflicto político" y ha destacado que ahora existe la "voluntad de comenzar a acometer la desjudicialización, dar forma a los primeros acuerdos parciales para el fin de la represión y la criminalización".
Pero esa carpeta no es el fin del camino, según Aragonès "revertir los mercadería de la judicialización", "son solo los primeros pasos". "Una vez se llegue a acuerdos en ese sentido habrá que acometer la raíz del conflicto, dar respuesta a la voluntad amplia, sólida y transversal de la ciudadanía y elegir si somos un estado independiente", ha destacado el asimismo coordinador franquista de ERC. "Mientras la ciudadanía no pueda arriesgarse en atrevimiento el futuro político, estamos allá de resolver el conflicto", ha concluido el president.
La Moncloa y Aragonès tienden la mano a Junts, para que designe consellers para ese espacio de negociación
En la Moncloa consideran “muy positiva” la reunión mantenida entre Sánchez y Aragonès, como un paso más delante en la buena dirección para remendar las relaciones institucionales entre ambas administraciones tras el choque por el escándalo del espionaje al independentismo. Al término de la reunión, la portavoz del Gobierno ha informado de que a la mesa de diálogo que se reactivará en la última semana de julio ya no tomarán asiento los presidentes, ni Sánchez ni Aragonès. Pero Rodríguez ha reiterado que para que en este foro de negociación se puedan alcanzar acuerdos “representativos de una mayoría amplia y transversal” es necesario que participen representantes de todos los partidos que conforman las respectivas coaliciones de gobierno. Es proponer, tanto el PSOE y Unidas Podemos como Esquerra y Junts.
Esta última formación, no obstante, rechaza por ahora sumarse a este nuevo coincidencia, como ya pasó en el susodicho y no parece viable que cambie el marco con los mimbres actuales. Además el presidente catalán ha invitado a su socio a formar parte del foro, si aceptablemente ha dicho que respetará su audacia a la vez que reafirmaba sus convicciones por la vía dialogada como opción a la crisis política catalana.
En aplazamiento de que se definan las composiciones de ambas delegaciones en la mesa de diálogo, en la Moncloa sí adelantan que la previsión es que sea el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien encabece la delegación del Gobierno de España; por otra parte de la ministra de Política Territorial, la asimismo socialista Isabel Rodríguez; y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que representa al espacio confederal de Unidas Podemos.
Aragonès ha llegado pasadas las 12:00 horas al arduo presidencial y ha sido recibido por el director del Ejecutor central en la escalinata de camino al edificio principal. Siguiendo el ritual habitual, flanqueados por las banderas de España y Catalunya, entreambos presidentes han estrechado sus manos y han posado, con cierta frialdad, para los fotógrafos antaño de retornar a saludarse y obtener al interior del edificio.
En el preludio de la cita, tanto Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, como Laura Vilagrà, consellera de la Presidència, que han campechano camino y han reconducido la relación entre ambas administraciones con tres reuniones en los últimos meses, para hacer de la carestia virtud, habían capaz que no se pondría fechas al diálogo si no hay "contenido" y no hay acuerdos que anunciar.
Las demandas de la parte catalana en ese foro, un referéndum de autodeterminación pactado y obligado internacionalmente y la aprobación de una ley de remisión para todos los encausados por el procés, son de sobras conocidas, como asimismo lo es la negativa de la Moncloa. Con todo, en el Palau de la Generalitat son conscientes de que la primera carpeta es la más compleja y la que menos visos tiene de prosperar a corto y medio plazo, por lo que todos los esfuerzos se están destinando ahora a la citación carpeta de la "desjudicialización".
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