Un quinquenio a espaldas, Unicef calculaba que la denominada comida terapéutica directorio para tomar (RUFT, en sus siglas en inglés) solo llegaba al 25% del total de niños diagnosticados con el tipo de desnutrición más bajo, la aguda severa (SAM). Actualmente, se estima que hay más de 14 millones de menores de cinco primaveras con SAM, de los cuales solo el 28,5% tendría llegada a este superalimento minucioso con pasta de cacahué, óleo, nata en polvo, minerales y vitaminas, que les puede excluir la vida. Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef-España, matiza que las cifras son muy volátiles y que el postrero antecedente oficial es del 2020, cuando había 13,6 millones de afectados, un número que lamentablemente y con toda seguridad se ha sobrepasado con creces.
Una de cada cinco muertes de niños que todavía no han cumplido los 59 meses se atribuye a la emaciación bajo, causada por la escasez de nutrientes combinado con reiterados ataques de otras enfermedades, como la malaria, el sarampión y la diarrea, según
Unicef.
La covid ya desencadenó el incremento del precio de los cereales y de otros productos básicos, en países que sufren inseguridad alimentaria por el impacto del cambio climático y de conflictos bélicos. La extirpación en Ucrania, la gran proveedora pegado con Rusia de pústula, ha supuesto otro mazazo. Unicef prevé que a lo dadivoso del 2022 el coste del RUFT aumentará un 16%.
Con 300 millones de euros adicionales, se estima que se podría arribar a la destreza totalidad de niños
“La SAM es un problema de lozanía pública en todo el Sahel, excepto en Senegal; en Somalia, Kenia, Etiopía, y en zonas de la República Democrática del Congo, en Sudán del Sur... En el periodo entre el fin de una cosecha y el eclosión de la futuro, de junio a septiembre, afloran picos de desnutrición. La capacidad de producción de RUFT es suficiente para atender la demanda, adicionalmente en los últimos primaveras se han despejado más fábricas en África, pero el problema es que muchas veces los donantes confirman que aportarán fondos demasiado tarde”, alerta Stéphane Doyon, experto en sostenimiento de Médicos sin Fronteras. “La inflación y el encarecimiento de la comida ya era evidente antiguamente de la invasión rusa, lo que vemos ahora, con la extirpación en Ucrania, es más competencia por conseguir ayuda internacional”, añade Doyon, que confirma un incremento de entre el 16% y el 18% del precio del RUFT por el coste de las materias primas. Doyon precisa que un cartón con 150 sobres de RUFT se vende a unos 45 euros pero que la ejecución final puede emerger a entre 100 y 120 euros, o más, al incorporar, si es necesario, la inversión en hospitalización, personal y transporte.
Las cifras de afectados por SAM varían constantemente y los 14 millones es sólo una estimación. El diagnosis se realiza con una cinta que mide el perímetro del antebrazo: si ajusta el color rojo indica que el impulsivo sufre la desnutrición más perjudicial. El amarillo determina desnutrición aguda moderada y el verde que está perfectamente alimentado.
“Necesitamos más medios porque hay más niños afectados; porque todo es más caro, los alimentos terapéuticos y el transporte. Es importante que los ministerios de Vigor incorporen la rutina del tratamiento, solo el 0,2% del total de la ayuda oficial al incremento se destina a combatir la SAM”, dice Blanca Carazo. Uno de los indicadores de la preocupante situación es que “este año no hemos contado con los medios suficientes para disponer en Etiopía de un stock de reserva de RUFT, lo recomendable es que en cada país siempre se cuente con existencias suficientes para cubrir una emergencia durante unos cuatro meses”, lamenta Inés Lezama, coordinadora del clúster de Provisiones de Unicef en Etiopía.
Con una cuota adicional de 300 millones de euros anuales se podría arribar a la destreza totalidad de niños afectados y se reducirían sustancialmente las tasas de mortalidad inmaduro, remarca la estructura de la ONU.
La tendencia de los últimos primaveras es tratar incluso con RUFT a los niños que sufren desnutrición aguda moderada (MAM, en sus siglas en inglés) para evitar que caigan en la más severa. Unicef, la OMS y el Especie Tira Mundial destacan, según cálculos realizados entre el 2017 y el 2021, que, en cifras absolutas, India, la segunda nación más poblada del mundo, lidera el ranking de las que tienen más criaturas afectadas por SAM, en concreto 5,7 millones, seguido de Indonesia (812.000), Pakistán (678.925) y Nigeria (482.590). Pero junto a subrayar que no existen datos de todos los países ni de las zonas de difícil llegada a causa de endémicos conflictos armados.
Un estudio de The Lancet ya advirtió en el 2013 que si se administrara RUFT al 90% de los afectados por emaciación bajo se podrían excluir más de medio millón de vidas cada año. Tal como recuerda Stéphane Doyon, adicionalmente de concienciar a la comunidad internacional sobre la aprieto de destinar más fondos, es necesario formar a personal comunitario capaz de diagnosticar la SAM y simplificar al mayor el tratamiento. De hecho, este superalimento puede tomarse en casa sin indigencia de mezclarlo con agua.
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