Desafortunadamente, esta informe no es la primera vez que se escribe este año, pues el pasado martes volvió a morir un ciclista en España, concretamente en la calle Marroquina de Madrid. Pudo ser trasladado hasta el Hospital de la Paz, pero los sanitarios no pudieron salvarle la vida. A pesar de lo desgraciadamente repetitiva que resulta esta situación, no la hace menos noticiable y este nuevo atropello evidencia el problema persistente entre tráfico y ciclistas, que acaba con demasiadas vidas cada año.
Impactados por el suceso, una marcha ciclista organizada ayer por Pedalibre, aprovechó para memorar al fallecido, recorriendo el trayecto que hizo el ciclista desde la periodo de bomberos donde trabajaba, hasta el punto del desnivel. Allí colocaron una bici blanca en su honor. Otra más que se suma a las muchas que podemos encontrar por Madrid y que nos recuerdan cada uno de los ciclistas que nos dejó en las calles de la haber.
Desde Pedalibre tienen claro que las cosas deben cambiar, empezando por hacer crecer el número de ciclistas por las calles de Madrid, lo que provoca una veterano atención del tráfico y reduce los accidentes. Igualmente señalan que es vitalista que se cubra toda la ciudad con una red ciclista competente que permita a aquellos que decidan desplazarse en este medio de transporte lo puedan hacer en vías segregadas y de forma segura.
Creen asimismo vitalista que el Comunidad debería implementar estrategias como las que ya se han empezado a aplicar en Suecia, donde por ejemplo, los pasos de peatones y carriles bici se encuentran elevados, para provocar que los coches deban resumir la velocidad para cruzarlos, todo enfocado a que cada vez veamos menos, noticiario como esta.
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