La tormenta perfecta que ha provocado la crisis energética que padece Europa está todavía allí de disminuir pero, una vez que están casi completas las reservas nacionales de gas, la Comisión Europea tiene la sagacidad puesta en lo que ocurrirá el próximo invierno, más que en aplicar grandes intervenciones en los mercados que puedan tener un objeto inmediato en los precios que pagan los consumidores, por ejemplo la extensión del mecanismo peninsular a otros países de la Unión. Es lo que reclama una mayoría mayoría de estados miembros pero Bruselas teme que produzca existencias indeseados y sigue sin verlo claro.
Prácticamente todas las iniciativas que aparecen en la comunicación que hoy ha permitido el colegio de comisarios europeos (la puesta en marcha de una plataforma de compras conjuntas, el diseño de un índice de precios variable para el gas licuado y la aplicación de un mecanismo corrector al que fija el precio del que llega por tubería, minoritario actualmente) están pensadas para entrar en vigor no este año sino el próximo, de cara a retornar a satisfacer los depósitos.
Bruselas abraza ahora la idea de hacer compras conjuntas de gas
"La acogida de un tope al precio del gas o un mecanismo similar al acogido por España y Portugal sigue planteando cuestiones y antaño de tomar cualquier atrevimiento hay que estar seguros de que no producen un aumento de la demanda ni fugas de energía subvencionada fuera de la UE", ha explicado a la prensa acreditada en Bruselas un detención funcionario comunitario para discurrir que la institución siga estudiando los pros y contras de la idea.
La idea de adoptar algún tipo de tope al precio del gas que se usa para difundir electricidad figura en la hoja de ruta planteada por la presidenta, Ursula Von der Leyen, a los líderes europeos hace diez días en Praga. En esa cumbre se constató que se abre camino y hay una mayoría de países dispuestos a explorarla pero Alemania y Países Bajos se siguen oponiendo. Y Von der Leyen sigue sin verlo claro, aunque la Comisión no se opone a que los países que quieran adoptarlo por su cuenta, como hacen España y Portugal, le presenten una propuesta.
Por el momento, el ejecutor comunitario propone centrarse en tres medidas que, sumadas a las medidas de reducción ya adoptadas (a los gravámenes a los beneficios extraordinarios que reciben las empresas energéticas y al tope minorista) ayudarán a los Gobiernos a enfrentarse en mejores condiciones al próximo invierno. En primer división, organizarse para hacer compras conjuntas de gas en el mercado mayorista mediante un nuevo consorcio empresarial europeo y utilizar esta vía para rellenar al menos el 15% de las reservas nacionales de gas. De esta guisa, argumentan fuentes comunitarias, se evitaría que las pujas entre países de la UE tiren de los precios hasta hacia lo alto, como ha ocurrido este año.
Las medidas propuestas hoy entrarían en vigor de cara al próximo inverno
"Las compras conjuntas ayudarán en particular a los estados miembros y las compañías más pequeñas, las que están en una posición menos inclinado, a entrar como compradores a mayores volúmenes de gas en mejores condiciones", argumenta la Comisión Europea, que ha viejo abrazando la propuesta que hace un año hizo el Gobierno de España, entre los primeros que sintió la crisis conveniente a la estructura de su mercado.
La segunda iniciativa incluida en la nueva comunicación del ejecutor comunitario consiste en desarrollar un índice de precios variable para el gas licuado (LNG) que importación Europa y que cuyo precio actualmente se fija en función del que entra por tubería, a pesar de que ahora, con el obstrucción de los gaseoductos rusos, es minoritario. Y, por postrero, Bruselas propone introducir un mecanismo corrector que introduzca "un corredor de precios dinámico" en las transacciones de gas en el centro de transferencia de títulos (TTF) de Ámsterdam, que sirve de precio de narración para el comercio europeo de gas.
Todas estas medidas se consideran una respuesta de emergencia y tienen inclinación de ser temporales. Bruselas propone que estén en vigor 12 meses desde su entrada en vigor. Las tres iniciativas planteadas hoy podrían entrar en vigor a primeros del año que viene, a tiempo para ayudar a los estados miembros a comprar más gas para prepararse para la temporada 2023-24. Mientras tanto, para aplanar los existencias de la crisis, Bruselas plantea redirigir unos 40.000 millones de euros no gastados correspondientes al Fondo de Cohesión de la UE de los primaveras 2014-2020 a medidas destinadas a apoyar a los hogares y las empresas en apuros, hasta un 10% del total asignado a casa estado. En el caso de España, esto significaría poder destinar a este fin hasta 3.500 millones de euros en condiciones menos estrictas de lo habitual y en cualquier región de España.
Draghi reprochó a Von der Leyen que sus ideas llegan tarde, con la UE casi en recesión
Von der Leyen presentará sus propuestas a los líderes europeos este jueves, cuando comienza un Consejo Europeo formal de dos días consagrado a la crisis energética. En su carta de invitación a la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insiste en que conversar de la idea de poner un tope al precio del gas a pesar de que la Comisión, que insiste en apañarse un consenso casi total al respecto que hasta la vencimiento no existe, sigue sin poner una propuesta legislativa sobre la mesa para hacerlo posible. Las medidas planteadas hoy se quedarán sin duda cortas para países como Francia, Italia, Polonia o España, que llevan un año reclamando medidas más contundentes para desempeñarse sobre el precio de la electricidad y el gas. En la última cumbre europea, la reunión informal celebrada hace 10 días en Praga, el primer ministro italiano, Mario Draghi, reprochó a Von der Leyen su tardanza en reaccionar. Sus propuestas están correctamente, le dijo, pero llegan "siete meses tarde", con la UE a las puertas de una recesión.
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