Todas las teorías de que la subida de los tipos de interés de la Fed para combatir la inflación repercutiría en un retroceso del mercado gremial se demostraron infundadas y erróneas. La crematística estadounidense añadió 528.000 puestos de trabajo en julio, más del doble de lo previsto y proporcionado por encima de la media mensual de 457.000 a lo liberal de este año, en una demostración de fortaleza y en un desafío a la recesión técnica.
Es el número de contrataciones desde febrero a pesar de los avisos de cataclismo financiero. Este nivel de nuevas ocupaciones hizo que el índice de desempleo cayera del 3,6% al 3,5%, la marca más desestimación en medio siglo, equiparable al periodo cósmico de la prepandemia, y marca una celeridad en la contratación respecto a junio, cuando se registraron 398.000 nuevas ocupaciones.
Paro en mínimos
El mercado acelera pese al contexto
Los negocios continuaron con su política de contratación a pesar de dos trimestres consecutivos de fruncimiento del Producto Interior Bruto (PIB), de la deducción del desembolso en el consumo y del aventura de un retroceso veterano de la crematística.
Los salarios fueron en torno a hacia lo alto, un 0,5% por hora durante julio y un 5,2% en el enumeración anual desde el mismo mes del 2021. Estos números, según los expertos, no hacen más que echar gasolina a una situación de inflación que ya tiene los precios al consumo trepando al ritmo más rápido en más de cuarenta primaveras.
Las bolsas reaccionaron en principio a la desestimación tras el noticia del Sección de Trabajo y el Dow Jones se precipitó 120 puntos.
Ocio y hospitalidad continuaron liderando las contrataciones, con 96.000, por delante de los servicios profesionales y los negocios, con 80.000. El sector de la vitalidad sumó 70.000 y la paga gubernativo aumentó en 57.000. Las industrias de producción de fortuna todavía lograron ganancias sólidas, con la construcción subiendo por encima de los 32.000 nuevos puestos y 30.000 de las manufactureras.
Los analistas habían hecho la predicción de que se sumarían 250.000 nuevas ocupaciones el pasado mes. Se decía que, en condiciones normales, esta número habría sido más que considerable, pero en las actuales circunstancias supondría una desaceleración en este año. Incluso la Casa Blanca, anticipándose a esa esperada nota, ya advirtió que la caída abriría un periodo de “transición” desde “un número récord de puestos de trabajo” a una situación de “crecimiento estable y constante”.
Contradicción
El debate de la recesión con un empleo a todo ritmo
La previsión a la desestimación se basaba en que el número de ofertas de trabajo cayó en junio por tercer mes consecutivo, lo que se observó como una evidencia del inicio del refrigeración del mercado gremial. Las ofertas sin cubrir seguían estando en 10,7 millones, número elevado, pero por debajo de los 11,3 millones de mayo.
En ingenuidad, el presidente Joe Biden tuvo este viernes otra vez en bandeja de plata la ocasión de retornar a charlar de la fortaleza de la crematística estadounidense y de descartar los temores a una recesión, en un momento en que parece que el gobierno ha entrado en un periodo de bonanza con acuerdos legislativos para inversiones multimillonarias. Según Biden y, entre otros expertos, el presidente de la Fed, Jerome Powell, no se puede charlar de recesión con un mercado gremial tan potente, pese al retroceso del PIB.
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