Merrick Garland, titular del Área de Honestidad y principal diana de la ira trumpista, hizo este jueves un movimiento para que salga a la luz la autorización lícito que llevó al FBI a despabilarse papeles secretos a la mansión de Donald Trump en Florida. Entre este material, al que se le aplica la descripción de programas de adhesión clasificación, figurarían documentos relacionados con armas nucleares.
Así lo adelantó la tinieblas de este jueves la página web del The Washington Post citando fuentes familiarizadas con la investigación. Según este avance, expertos en información clasificada señalaron que esta indagación sin precedentes a un expresidente de Estados Unidos subraya la profunda preocupación en los responsables del gobierno sobre el tipo de documentos que pensaron podían localizarse en Mar-a-Albufera y el potencial peligro si caían en manos equivocadas.
El FBI entró y registró el pasado lunes la mansión de Donald Trump en Mar-a-Albufera, en Palm Beach (Florida)
El Post indicó que sus fuentes no ofrecieron detalles adicionales respecto a qué tipo de información perseguían los agentes, si esto implicaba armas pertenecientes a Estados Unidos o a otras naciones. Siquiera precisaron si esos documentos fueron recuperados en la entrada y registro.
En su comparecencia, tras tres días de válido presión política, con los republicanos abrazando teorías conspirativas de una persecución a Trump, alentadas por él mismo; el fiscal militar Garland señaló que él aprobó la petición de requerir al magistrado esa búsqueda, tras el fracaso de intentos menos intrusivos. Si adecuadamente no ofreció datos del núcleo del asunto, The New York Times matizó que se trataba de papeles sobre “programas de comunicación específico”, designación que se reserva para operaciones extremadamente sensibles que realiza EE.UU. fuera de sus fronteras.
Las autoridades habían expresado su preocupación, siempre a partir de esta informe, de que estos documentos muy clasificados ubicados en las dependencias de Trump hicieran vulnerables sus esfuerzos por impedir que los adversarios extranjeros pudieran adquirirlos.
El material sobre armas nucleares es especialmente sensible y, por lo militar, de comunicación restringido a un pequeño liga de miembros del gobierno, remarcaron los expertos. Dar a conocer detalles respecto a armas estadounidenses ofrece un plano de inteligencia a los adversarios que quieren dotarse de mecanismos para contrarrestar estos sistemas. Otro países podrían ver la exposición de sus secretos nucleares como una amenaza.
Garland explicó en su comparecencia de poco más de dos minutos, en la que no aceptó preguntas por tratarse de una investigación en curso, que el Área “no tomó a la ligera” la intrepidez de conseguir la orden de entrada y registro. Y argumentó que había decidido romper su silencio porque fue el propio Trump el que dio a conocer la operación, que adicionalmente disponía de una copia de esa orden.
El expresidente se ha dedicado a hacerse la víctima y a alentar la violencia con su retórica, pero se ha callado el contenido de ese documento. Ahora la pelota está en su tejado.
Mar-a-Albufera
El fiscal militar Garland asegura que la intrepidez de registrar la mansión de Trump "no se tomó a la ligera"
El fiscal militar apeló “a las circunstancias circundantes”, eufemismo para describir el ataque, con graves amenazas, que su unidad y el FBI han recibido. Igualmente aludió “al sustancial interés divulgado en el asunto”. En el escrito de petición al magistrado para construir el secreto se insiste “en el claro y poderoso interés del divulgado por entender lo ocurrido”, circunstancia que ha tenido mucho peso a honra de la difusión.
“Defender el estado de derecho significa aplicar la ley de guisa uniforme, sin temor ni privilegio”, subrayó. “Bajo mi supervisión, esto es precisamente lo que está haciendo el Área de Honestidad”, reiteró.
La solicitud incluye la orden de registro y el inventario de los medios recuperados en la entrada realizada el lunes. Aunque el inventario entregado al expresidente no revela detalles sobre papeles específicos, sí se refiere a una colección de documentos sensibles. El Times matizó que algunos ayudantes de Trump se decantaban por oponerse a la solicitud del unidad, intrepidez que podría retrasar o encerrar la difusión del material procesal. Pero Trump aseguró en su red social que no se opondría, animó a la publicación y siguió manteniendo que toda la operación es partidista.
El magistrado Bruce Reinhart, del tribunal del distrito sur de Florida que aprobó el registro, ordenó al Área de Honestidad que haga conseguir una copia de la solicitud al equipo lícito de Trump y dio de plazo hasta las tres de la tarde de este viernes para que le comunique si el expresidente se opone a esa difusión.
En cambio, Honestidad no persigue que el magistrado haga pública la testimonio jurada o argumentación del asunto, texto mucho más extenso que los otros dos en el que se relata la causa, con mucha más información respecto a la conducta del expresidentes. Igualmente se cree que es en este documento en el que se da el nombre del informante del entorno de Trump que colaboró en la lugar de más papeles, que estaban ocultos. Este intento de esconder papeles es lo que convenció a los investigadores de que el expresidentes y su equipo no eran de fiar.
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