Cuando el vicepresidente Rafael Yuste y el director de fútbol, Mateu Alemany, se presentaron en noviembre en Doha para cerrar la presentación de Xavi Hernández dijeron al técnico de Terrassa que su representación era clasificar al Barcelona para la Champions League de la temporada 2022-23. Un objetivo de mínimos. Y aunque hubo momentos en que el equipo, reforzado en el mercado de invierno, soñó con aspirar a poco más holgado –sobre todo a posteriori del 0-4 en el Bernabeu–, finalmente acabó teniendo que disputar por consolidar la segunda posición, los millones de participar en la Supercopa y la Champions. El trauma se había frenado. El desastre se había redimido, con la boca pequeña.
Dos meses y medio a posteriori, todo parece diferente en el Camp Nou, ya rebautizado como Spotify Camp Nou. La plantilla ha regalado un brinco cualitativo y cuantitativo. El vestuario vuelve a tener estrellas mundiales, se ha regalado con jugadores en plenitud que tienen anhelo, se han mejorado todas las líneas del campo y la pizarra tiene dobladas las posiciones. El Barça ahora sí parece preparado para discutir cara a cara con el Auténtico Madrid.
Todas las líneas mejoradas
El vestuario vuelve a tener estrellas mundiales, los refuerzos llegan con anhelo y tienen madera de líder
De la resignación con la que se acabó la temporada no queda carencia. Todo se ha transformado en ilusión. Las expectativas se han disparado. Las obligaciones, como no podía ser de otra forma, incluso a posteriori de gastarse 153 millones fijos, sin contar variables. La inversión conlleva una responsabilidad de puertas adentro. En el exógeno, no hay duda de que en la afecto ha calado el mensaje de soñar en holgado.
Más de 50.000 personas estuvieron en la presentación de Robert Lewandowski. 83.000 aficionados disfrutaron en el trofeo Joan Gamper del primer gol en un amistoso del punta polaco, que regaló otro de tacón, de un doblete de Pedri (solo pudo entretenerse 12 jornadas la temporada pasada), de la primera amparo de Raphinha y de un tanto de un Dembélé, que llegó a estar 14 días sin anuencia ayer de retornar a firmar con los barcelonistas. Los culés se ven más cerca que nunca de retornar a disfrutar, verbo que escasamente se ha conjugado en la época fresco con tanta calamidad sonada por los campos de Europa.
La responsabilidad
Al técnico de Terrassa ya no se le pide reflotar la nave, ni devolverla a la campo adecuada, sino que debe alcanzar lo ayer posible la hipervelocidad
El Barcelona ha vivido grandes períodos de carestía a lo dispendioso de su historia. Solo ganó una Ajonje entre 1960 y 1984 y no levantó la primera Copa de Europa hasta 1992. Sin secuestro, todo cambió, tras dejar a espaldas la etapa Gaspart, en el siglo XXI, donde los blaugrana tocaron la cima del mundo esférico varias veces, con Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique. A posteriori de aquella época de crédito, tres abriles sin aventajar un título holgado (solo la Copa de 2021) son muchos. Y más con un Joan Laporta que, a su segunda presentación al club, proclamó: “Conmigo, perder tendrá consecuencias”.
Koeman saltó y no continuan Adama, Luuk de Jong, Dani Alves, Coutinho, Trincão, Lenglet, Mingueza, Riqui Puig, Neto y Nico, a los que se deberían unir Umtiti y Braithwaite. De momento son diez bajas que indican la voluntad de realizar un lavado de cara de en lo alto a debajo.
Faltan Umtiti y Braithwaite
De momento son diez bajas que indican la voluntad de realizar un lavado de cara de en lo alto a debajo
Pero cuando se pretende durar a lo más stop es más importante mirar los que se suben y te acompañan y te tienen que propulsar que los que se bajan y abandonan. Los cinco que han llegado son de un nivel superior, prioridades del técnico. Se manejo de refuerzos contrastados, de jugadores internacionales, de hombres importantes con madera de líder, con influencia directa y rendimiento inmediato. La reputación les precede.
Dembélé y Raphinha celebran el gol del francés en el Gamper, a pase del brasileño 
El marfileño Kessie (medio) viene de aventajar la Serie A con el Milan. El danés Christensen (defensa) levantó la Champions en 2021. El francés Koundé (defensa) tiene una Europa League y lleva tres cursos rayando a gran prestigio con el Sevilla. El extremo Raphinha se ha hecho con un puesto de titular en la selección brasileña a posteriori de ser una de las sensaciones de la Premier League. Y Lewandowski (punta) lo ha yeguada todo en Alemania (10 ligas) y una Champions pero tiene alma de imberbe pese a que pronto cumple los 34 abriles.
Entendido del remate
Lewandowski chutó 81 veces el año pasado, marcó 35 goles, 33 desde en el interior del dominio y seis de habitante y la madera le dejó sin otras nueve dianas
El nueve es un entendido del remate como lo reflejan las dos últimas Botas de Oro. Marcó 33 de sus 35 goles del curso pasado desde en el interior del dominio. Seis de ellos de habitante. Chutó más que nadie: 81 veces a puerta, más de 20 que Benzema. Y el poste le dejó sin otras nueve dianas. Para un equipo que se quedó muy remotamente del Madrid y Benzema en efectividad, la puntería y la voracidad de Lewandowski es un regalo.
A Xavi, tan apasionado como obstinado en sus ideas como Buzz Lightyear, ya no se le pide reflotar la nave, ni devolverla a la campo adecuada, sino que debe alcanzar lo ayer posible la hipervelocidad. De él depende el éxito de su primer plan, casi astral. La exigencia es mucho anciano que el año pasado. Las urgencias están a la revés de la cantón.
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