Los técnicos de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) acaban de dar por controlada la invasión de ratas declarada la semana pasada en la plaza Catalunya. Entonces numerosos roedores tomaron los setos dispuestos en el costado Llobregat del gran cruce de caminos de la ciudad, roedores grandes como medio bienhechor, y de tanto en tanto se daban una descarada revés por el césped, bajo los bancos, entre los restos de comida de las papeleras desbordadas... sobre todo al caer la oscuridad. La pandemia igualmente cambió sus hábitos. Ahora son más desvergonzadas. Gracias a Dios anteayer no hubo modo de encontrar ningún roedor en la zona, siquiera alumbrando el seto en cuestión con el móvil.
A pesar de ello, los técnicos de la ASPB continuan escamados, aún tienen el ceño sutilmente fruncido, todavía se preguntan cómo afín invasión no fue detectada por los sistemas de control dispuestos. “Hablamos de un incidente poco habitual –abundan los expertos de la ASPB–. Pasión la atención el número de ejemplares de esta colonia. Las ratas salen de las alcantarillas y otros subterráneos cuando encuentran refugio, comida y agua, y todo ello lo encontraron en la plaza Catalunya. De modo que criaron en uno de los setos. La ciudadanía ha de comprender que no debe dejar restos de comida en el espacio conocido. Pero nos sorprende que tantas ratas no fueran detectadas por nuestro sistemas. Barcelona tiene un sistema de control de plagas muy robusto y reforzado”.
En estos momentos Barcelona suma cerca de 2.500 puntos de vigilancia destinados a controlar y lindar las colonias de ratas. De todos ellos 2.200 están en las alcantarillas y el resto en lugares en superficie. Uno de estos lugares es precisamente la plaza Catalunya. Básicamente hablamos de unas cajas negras con comida envenenada y diseñadas para que ninguna persona pueda intoxicarse de modo accidental. Nada más las ratas pueden entrar en estas cajas. Este ponzoña tarda unos cuantos días en hacer impresión. Las ratas son muy avispadas, y si vieran a sus congéneres agonizando en estas cajas dejarían de acercarse a ellas. Que la cantidad de comida envenenada en las cajas baje indica que las ratas están aventurándose más allá de las alcantarillas. Las de la plaza Catalunya no lo hicieron. De ahí la confusión de los técnicos de la ASPB, de ahí que se enteraran de la invasión por las redes sociales y los medios de comunicación. Es el intriga de las ratas de la plaza Catalunya.
Un quinquenio a espaldas Barcelona se convirtió en la primera ciudad de España en disponer de un censo de sus ratas. Aquel documento concluía que las alcantarillas de la ciudad cobijaban a unas 249.000 ratas. En estos momentos los técnicos de la Agència de Salut Pública de Barcelona están actualizando este estudio. ¿Y cómo se elabora un censo de ratas? Pues contándolas, bajando a los subterráneos de la ciudad y... “De todas formas –abundan los técnicos de la ASPB– muchas partes de las alcantarillas de la ciudad son inaccesibles, de modo que los números recopilados a pie de alcantarilla son completados con estimaciones estadísticas, al igual que en tantos otros estudios”. Los técnicos de la ASPB añaden que a pesar de lo ocurrido en la plaza Catalunya esta población está controlada, que ninguna plaga se cierne sobre la ciudad, que la haber catalana no atraviesa ningún problema de vigor pública. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ya anunció a finales de junio que incrementará este año en un 44% la partida destinada a la vigilancia y al control de plagas, hasta alcanzar a los 2,92 millones de euros.
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