La guisa más cómoda y socorrida para conseguir la residencia regular en España es lo que se conoce como el raigambre social. Es la principal fórmula para que los inmigrantes regularicen su situación gremial en nuestro país y conseguir la autorización pertinente para poder residir sin ningún problema.
Luego, el raigambre social es un permiso que se concede a los ciudadanos extranjeros que se encuentren en nuestro país y que tengan en él vínculos familiares, laborales o que, por su parte, se encuentren integrados socialmente. En este sentido, el raigambre podrá ser de tipo conocido, gremial o social, dependiendo de cada caso, siendo este extremo el más frecuente y demandado de todos, y regulado en el artículo 124.2 del Reglamento de Extranjería.
¿Cómo conseguir el raigambre social?
El sucesivo paso para plantearse es cuáles son los procedimientos que se tienen que arrostrar a límite para solicitar el raigambre social. Hay tres vías distintas: la particular, a través de abogados de extranjería o por unos gestores de extranjería. Las tres son igual de válidas, pero tienen sus matices y criterios propios.
En el caso de contar con la formación necesaria como para realizar la tramitación de la solicitud de forma individual sin dependencia de determinado extranjero, la vía particular es la alternativa menos costosa. Eso sí, el agraciado corre el peligro de que, si comete algún error durante todos los trámites, no le sea concedido el raigambre
En el caso de que se cuente con abogados especializados en asuntos de extranjería estos ayudarán con el trámite, con la contrapartida de que el precio a enriquecer suele asaz caro. Y, en última instancia, los gestores de extranjería te ayudarán de la misma forma que lo pueden hacer los abogados, aunque los emolumentos que suelen percibir son poco menores.
La persona que haga el trámite debe ser ella misma quien presente la documentación, o proporcionadamente su representante legítimo en caso de discapacidad o ser beocio de vida. Esta solicitud debe entregarse a la Oficina de Extranjería de la provincia donde se tenga fijado el domicilio. La presentación de la documentación va ligada a una tasa que deberá abonarse en un mayor de 10 días hábiles y que en la contemporaneidad ronda los 36,78 euros.
La resolución debería tardar un mayor de tres meses. Si una vez pasado este periodo no se ha recibido ninguna informe, se deberá suponer que la solicitud se ha desestimado. En cambio, si se recibe la informe de que sí que se ha aceptado, entonces tendremos el plazo mayor de un mes para darnos de suscripción en la Seguridad Social en la misma empresa que figura en el expediente, ya que toda solicitud va siempre ligada a un anuencia de trabajo. Incluso, en ese mismo plazo de un mes se deberá solicitar la Polímero de Identidad de Extranjero (TIE).
Los requisitos para solicitar y obtener el raigambre social
¿Y qué se necesita para poder obtener el raigambre social? ¿Cuáles son los requisitos? Principalmente, se han de cumplir con una serie de características previstas en el artículo 124.2 del Reglamento de extranjería, que comentábamos anteriormente.
¿Cuáles son? En primer área, no ser ciudadano de un estado perteneciente a la UE, del Espacio Financiero Europeo o de Suiza. Por otro flanco, carecer de circunstancias penales en España y en los países de residencia anteriores por delitos existentes en el ordenamiento castellano.
Por otra parte, ocurrir permanecido un periodo leve de 3 abriles en España de guisa continuada. Para poder cumplir con este requisito, las ausencias en el país durante estos abriles no pueden exceder los 120 días. La mejor guisa de acreditar esta estancia continuada será a través del certificado de censo. Asimismo, siquiera se debe tener prohibida la entrada en España.
A todo esto hay que sumarle tener vínculos familiares con otros extranjeros residentes o con españoles; o proporcionadamente contar con un crónica que demuestre que, verdaderamente, existe una integración social. Este crónica debe ser emitido por la comunidad autónoma en la que se encuentre el domicilio del interesado.
Por extremo, contar con un anuencia de trabajo firmado por un período leve de un año. Por otra parte, la empresa o el empleador deben aparecer inscritos en la Seguridad Social y estar al tanto de sus obligaciones.
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