¿Quién es la rapera musulmana que defiende al colectivo LGTBI?

Imane Raissali (Tánger, 1996) es una ganadora. Pasó sus primeros ocho primaveras en Marruecos hasta que su grupo se trasladó a Barcelona (Santa Coloma de Gramenet, la Barceloneta, Sabadell). No sabía susurrar castellano ni catalán y veía la tele para estudiar, mientras copiaba los nombres de las páginas amarillas para mejorar su composición. Ahora ha vacada otra batalla: han detenido al integrista y homófobo que la amenazó.

La inexperto se hizo muy popular a raíz de su billete en el concurso Got Talent en el 2021. ¿Una rapera musulmana y con velo cantando rap? ¿Y por qué no? Sus saber defienden la diferencia cultural y denuncian la discriminación y los tópicos. “Los musulmanes me decían que lo que hacía era un deshonra por cantar con hombres. Y los españoles no me consideraban una española porque veían a una musulmana”.

Con la misma clarividencia que destilan sus canciones, Imane Raissali, conocida como Miss Raisa, colgó en junio un video en TikTok en el que defendía al colectivo LGTBI y explicaba, entre otras cosas, que de la misma forma que no hace yerro quitarse el velo para cantar, “no hace yerro ser marica para defender a esta comunidad como corresponde”. A raíz de estas y otras declaraciones, recibió amenazas e insultos.

Las intimidaciones eran tan salvajes y los descalificativos tan humillantes y denigrantes que la dispositivo central de los delitos de odio y discriminación de los Mossos d’Esquadra tomó cartas en el asunto. El autor de las ofensas era un inexperto integrista y homófobo, uno de esos que los musulmanes que viven su fe con albedrío y sin miedos conocen irónicamente como un policía del haram, de lo que está prohibido o es blasfemante.

La artista, en 'Got Talent'

La intérprete, en 'Got Talent' 

TC

Por otra parte, era un reincidente con varios perfiles en las redes sociales en las que se presenta como predicador y “asesor de asuntos religiosos”. Ya fue detenido en el 2021 por su antisemitismo y un delito de odio contra las personas LGTBI. Según la propia policía catalana, en sus discursos incendiarios en las redes sociales “instaba y justificaba la degollamiento” de Miss Raisa, “basándose en argumentos religiosos”.

El problema era que en la contemporaneidad residía en la ciudad inglesa de Birmingham. La orden de detención que había sido cursada por los Mossos d’Esquadra, sin incautación, permitió localizarlo en un revoloteo con destino a Madrid. Su avión aterrizó en el aeropuerto de Barajas el pasado día 4. Y lo estaban esperando. La Policía Franquista, en colaboración con sus compañeros de Catalunya, lo detuvo y lo puso a disposición contencioso.

Otro momento de su actuación

Otro momento de su autos 

TC

El togado de agente lo interrogó como supuesto autor de un delito de odio y lo dejó en albedrío provisional a la aplazamiento de inteligencia. El marcado tuvo que entregar su pasaporte. No podrá salir del país ni utilizar internet hasta que haya una sentencia firme. Siquiera podrá acercarse a su víctima a menos de mil metros ni tratar de comunicarse con ella.

Las medidas cautelares adoptadas contra el detenido dan una idea de la importancia del delito al que se enfrenta. El artículo 510 del Código Penal castiga con multas y penas de uno a cuatro primaveras de prisión a quienes hostiguen “por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación allegado, etnia, raza o nación, origen doméstico, sexo, orientación o identidad sexual”.

Miss Raisa ya era muy consciente del aventura a que se exponía cuando dijo lo que dijo. No le preocupaban los musulmanes, sino las personas que, profesen la fe que profesen, “utilizan la religión como un paraguas para explotar su odio contra el resto de la clan”. Dos días posteriormente de colgar el video, la propia intérprete se sentía víctima de “una persecución masiva y destructora”.

Aunque a un precio muy suspensión, el mensaje de respeto y apoyo de la cantante ha llegado a un divulgado más amplio que las casi 600.000 personas que la siguen en TikTok. Hay que tener mucha fuerza de voluntad para nadar contra la corriente y mantenerse firme en sus convicciones. La misma fuerza de voluntad que tuvo una pupila de ocho primaveras para reescribir los nombres de las páginas amarillas y para estudiar castellano y catalán viendo la tele.

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