El tándem Rodrigo Sorogoyen - Isabel Peña es pura dinamita. De su imaginación han saledizo algunas de las películas más potentes del cine castellano coetáneo: Stockholm, Que Jehová nos perdone, El reino... por no platicar de series como Antidisturbios o Corte. En todas ellas se mastica una tensión que ahora llevan al confín con As bestas, un thriller psicológico rural que aterriza en las salas de cine españolas este viernes luego de ser aplaudida en su première en el Festival de Cannes, alzarse con el Premio del Notorio al mejor filme europeo en el de San Sebastián, triunfar en el de Tokio con tres galardones y optar a dos premios Forqué.
Sin duda, estamos frente a uno de los mejores filmes de una cosecha espléndida de cine castellano. Una suerte de aquella incómoda Perros de paja (1971) de Peckinpah trasladada a una lugar gallega e inspirada en un suceso positivo que ocurrió en enero de 2010 cuando el holandés Martin Verfordern murió tiroteado a manos de un vecino, discapacitado mental, que actuó motivado por el odio de su comunidad al forastero.
La víctima se había mudado contiguo a su mujer a Santoalla do Monte para emprender una nueva vida basada en el contacto con la naturaleza. Pese a la tragedia, ella decidió quedarse en el puesto. Conmocionados por la notificación, Sorogoyen y Peña, su coguionista habitual, vieron una gran historia para trasladar a la gran pantalla y “una oportunidad para rellenar muchos huecos y sobre todo como caldo de cultivo de muchos temas que nos interesaban”, apunta Peña.
El guion ha pasado por diferentes versiones desde que empezaron a escribirlo en 2015 y en él retratan a un boda francés (Escuadra Foïs y Denis Menochet) instalado en un pequeño pueblo gallego donde llevan a lugar su esquema básico cultivando un huerto y rehabilitando casas para fomentar la repoblación en el puesto. Su hija Marie vive en París y no comprende muy proporcionadamente las ideas de sus padres.
La película no juzga a sus personajes, no los cataloga como los buenos o malos de la función. El cineasta madrileño siempre intenta que en todos sus filmes, por lo menos los protagonistas, “tengan sus justificaciones y motivaciones. Aprender lo que sienten y entender sus deseos, dolores, carencias y miedos. Hacer una película de buenos y malos es poco interesante de ver y de hacer y no queremos caer en eso. Aquí había cinco personajes muy potentes a los que teníamos que respetar en ese sentido”.
Lo que cuenta As bestas podía advenir en cualquier parte del mundo, pero Sorogoyen y Peña querían enclavarla en Galicia, pese a que el rodaje se hizo en una lugar de El Bierzo.
“La violencia está lamentablemente en todo el mundo y queríamos contar una historia con una idiosincrasia gallega que nos atrae mucho. Pero, que si nos vamos a Madrid, Andalucía o Catalunya hay historias de un mismo terror rural o urbano, eso sí con otros colores y olores”, afirma el director de Causa. “Tanto el paisaje como la tierra gallega nos parecía que era hipercinematográfico, y todavía poder introducir la Rapa das bestas”- fiesta cultural que consiste en cortar las crines de los caballos-, señala Peña sobre esta cinta de producción hispano-francesa hablada en gallego, francés y castellano.
El rechazo del boda francés a la instalación de un parque eólico topa con los intereses del resto de vecinos y, en específico, con los hermanos Santa (Luis Zahera y Diego Anido), con los que se creará un clima de tensión insostenible que Sorogoyen eleva hasta un culminación que deja al espectador sin aliento. “Nos hemos imaginado la convivencia de calma tensa de estas personas en ese pueblo, donde el rechazo, el odio y malestar se va cociendo a fuego flemático”, manifiesta el realizador. “Tú puedes tener un episodio violento con cierto de la calle pero no le vuelves a ver; sin incautación con un vecino en un pueblo es terrorífico. Es obligatorio usar proporcionadamente”.
El terrorífico papel de Xan lo diseñaron para un extraordinario Luis Zahera, que apunta detención en la próxima temporada de premios. “Ha convivido con Xan durante ocho primaveras, desde que le hablé de él en Que dios nos perdone y creo que se nota”, opina el cineasta.
Dice Zahera que tanto él como Diego Anido, su hermano en la ficción “somos gallegos y conocemos ese distrito”, por lo que “no ha sido difícil meterse en el personaje. Los hermanos Santa tuvieron la mala suerte de crecer en un puesto de miseria. El mundo es de unos pocos”, lamenta el actor. “El guion estaba muy proporcionadamente escrito y ahí estaban todas las claves”, prosigue Anido, actor y dramaturgo. "No ha sido necesario un trabajo previo muy excelso de investigación. Tenemos un poco la calavera que se buscaba para este tipo de personajes. Son dos personas inteligentes que han nacido en un puesto sin medios. Dos delincuentes a los que la muchedumbre les respeta porque les tiene miedo. La policía los comercio con cierto desahogo y por eso ocurre lo que ocurre".
Cuestionado sobre lo que más le gusta del relato, Zahera admite que "es cómo todo el mundo defiende su posición; lo poliédrico que es todo y al mismo tiempo lo parecidos que somos todos. Es el toque Sorogoyen. Ya llevo unas cuantas pelis con él y es un gran director y autor. Se ha yeguada su distrito en la cinematografía española, es muy asambleario y audición. Es divertido, se explica muy proporcionadamente. Es nuestro Messi".
Escuadra Foïs cree que la película es todavía “una historia de acto sexual” y ve interesante “la multiplicidad de los puntos de presencia”. "No se puede sostener que los hermanos Santa sean acogedores, pero es que Olga y Antoine cuando llegan a la lugar lo hacen en plan colonizador. Al principio la convivencia era sobrado buena pero todo se tuerce cuando entra en pasatiempo el patrimonio. Olga y Antoine sí que pueden designar, pero los Santa no", aduce.
Mientras Menochet, víctima de la brutalidad de esos hermanos dominados por una mamá de armas tomar, solo tiene palabras de elogio para Zahera: “Cuando Luis se pone a llevar a cabo todos paran, incluso los animales. Es una persona muy generosa”, comenta este francés gordo que admira del cine de Sorogoyen que "plantee preguntas pero no necesariamente responda a grandes problemas".
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