Las emisiones mundiales de origen fósil de dióxido de carbono (CO2), principal gas que calienta la ámbito, no dan las señales de la disminución “necesaria y urgente” para afrontar el cambio climático, según Mundial Carbon Project, un consorcio mundial de científicos que estudia el impacto del ciclo de carbono general en el cambio climático. En el 2022 volverán a subir. Si los niveles actuales de emisiones persisten como hasta ahora, hay un 50% de posibilidades de que en nueve primaveras se sobrepase el calentamiento mundial mayor determinado para evitar las catástrofes del clima (un aumento de 1,5°C respecto a la era industrial) .
Los datos preliminares para el 2022 muestran un aumento del 1% de las emisiones de CO2respecto al 2021 (incluyendo las procedentes de la ignición de combustibles, fugas en las industrias o las relacionadas con la deforestación y el cambio de usos del suelo).
La sobredimensión de la reto por el gas natural socaba los objetivos climáticos según nuevos estudios
Las emisiones del petróleo subirán un 2,2%; las del carbón, un 1 %; las del gas bajan un 0,2%, y las derivadas de los usos del cemento descienden un 1,6%.
“Nos sorprende que este incremento de emisiones se dé pese a la crisis energética mundial y a la subida de precios, y es poco que se debe en buena parte a que la aviación internacional ha tenido este año la anciano parte de su recuperación tras la pandemia. Su recuperación se ha retrasado un año”, explica Pep Canadell, director del Mundial Carbon Project.
Las emisiones totales de CO2alcanzarán los 40.600 millones de toneladas de CO2, o 40,6 GtCO2. Por su parte, las emisiones ocasionadas por la deforestación y los cambios en los usos del suelo crecerán en 3,9 GtCO2en el 2022.
Por todas estas razones, el remanente de emisiones que quedan para no exceder el coto de temperatura que marca riesgos extremos sigue menguando. “Nos quedan (por arrojar a la ámbito) 380 gigatoneladas de C02para lograr a un aumento de temperatura de 1,5ºC; por lo tanto nos quedan nueve primaveras para agotar ese presupuesto a ritmo de las emisiones actuales”, indica Canadell.
Y si la meta es evitar un calentamiento por encima de 2ºC, el “prepuesto de carbono que nos queda por arrojar son 1.230 GtCO2, cantidad que podría traspasarse en 30 primaveras a ritmo contemporáneo”, remacha.
Si echamos la observación antes se aprecia que en los últimos primaveras el aumento de las emisiones de la energía fósil se ha desacelerado. De promedio alcanzaba un mayor de +3% al año durante la término del 2000, mientras que en la última término ha bajado a +0,5% anual, pero los investigadores juzgan insuficiente este freno.
"El otro noticia destacable y sorprendente es que las emisiones de la deforestación bajan lentamente. Cuando miramos la emisiones de los usos del suelo de los últimos 20 primaveras, que incluye la deforestación y la reforestación, vemos que descienden poco a poco", añade Canadell.
"Este año vemos otro aumento en las emisiones globales de CO2 fósil, cuando necesitamos una rápida disminución", declaró el profesor Pierre Friedlingstein, del Instituto de Sistemas Globales de Exeter, quien dirigió el estudio.
"Hay algunas señales positivas, pero los líderes que se reúnan en la COP27 tendrán que tomar medidas significativas si queremos tener alguna posibilidad de circunscribir el calentamiento general a cerca de 1,5°C.
“Si los gobiernos responden acelerando las inversiones en energía limpia y plantando árboles, no talando, las emisiones globales podrían originarse a caer rápidamente”, señala Corinne Le Quéré, profesora de investigación de la Royal Society en la Escuela de Medio Medio ambiente de la Universidad de East Anglia. “Estamos en un punto de inflexión y no debemos permitir que los acontecimientos mundiales nos distraigan de lo urgente y de privación sostenida de disminuir nuestras emisiones para estabilizar el clima general y disminuir los riesgos en cascada".
Mientras tanto, el mundo va camino de extralimitarse en su intento de replicar a la crisis energética provocada por Rusia recurriendo a nuevas capacidades de suministro con gas.
Los proyectos de producción de gas natural licuado (GNL) en construcción, aprobados y propuestos entre el 2021 y el 2050, añadiría 1.900 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente al año para el 2030. Esta sigla amenazaría los objetivos climáticos según la ordenamiento Climate Carbon Tracter.
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