Muchos artistas incluyen literatura y alfabetos en sus obras, pero pocos son capaces de ocasionar su propio alfabeto pictórico como lo hace Clara Amado. La cómico catalana acaba de inaugurar la muestra El signo universal de Clara Amado en la nueva salón By Safe House de Barcelona, donde podrá hallarse hasta final de año.
La exposición llega desde Valencia, donde pudo hallarse por primera vez en el Museu Valencià de la Il•lustració i de la Modernitat (MuVIM), a principios de este año. En una veintena de obras que emplean la pintura, el fotograbado, el collage o la grabado como si fueran páginas de un vademécum, Amado escribe literatura de los alfabetos orientales que conoció en primera persona, durante los viajes que realizó desde su querida Jordania, país donde residió durante 33 primaveras.
La pintora pone en solfa la capacidad del ser humano de comunicarse a pesar de las diferencias culturales y lingüísticas. Y nos recuerda igualmente el jerga universal de la música.
Sobre todo desde esta parte del mundo autodenominado occidental, las obras de Amado se antojan llenas de unos caracteres que nos parecen extraños pero que, en su conjunto, utilizan la mayoría de la población mundial para expresarse cada día. Al árabe que la cómico conoce correctamente se suman el armenio, el tailandés, el hebreo, el cingalés, el nepalí, hindi, el tagalo, el chino o el birmano.
Y la música, como jerga universal
La pintora pone en solfa la capacidad del ser humano de comunicarse a pesar de las diferencias culturales y lingüísticas
“¿Somos verdaderamente una torre de Confusión?”, se pregunta Amado. “Los humanos somos animales limitados, sobre todo en la forma de entendernos verbalmente. Es extravagante que el resto de seres puedan comunicarse de alguna forma a través de los sonidos, gestos o formas de proceder, porque nosotros no tenemos esa facilidad verbal”, agrega la cómico.
Muy popular en los ambientes culturales de Jordania y conocida en otros países de Oriente Medio, varias obras de la barcelonesa forman parte de la Jordan National Gallery, la principal pinacoteca del reino Hachemita. Amado dejó Amán en el 2017 para regresar a Barcelona y la primera muestra que organizó fuera de Oriente Medio estuvo precisamente dedicada a la mujer migrante. Titulada Retornar, la exposición pasó incluso por el Palacio de Minería de Ciudad de México.
“Los símbolos o signos no son más que literatura escogidas al azar de las diferentes lenguas que, aunque no son en su mayoría legibles para mí, todo lo contrario, sí que guardan una relación muy estrecha con mi vida”, afirma Amado. “Son parte de los alfabetos de las lenguas o idiomas, como mejor os parezca, que sí han sido y siguen siendo parte de la historia de mi vida”, concluye.
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