Tecnología al servicio del tráfico de drogas. Como es perfectamente conocido, el narcotráfico no acaba una vez se desmantelan las redes criminales, sino que, desgraciadamente, continúa una vez los detenidos ingresan en prisión. Por ello, el ingenio para introducir estupefacientes -o cualquier otro objeto- en las cárceles se agudiza cada vez más, como se pudo comprobar recientemente en un centro de Algeciras.
El sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP-UGT ha denunciado este miércoles un extraordinario intento de introducir droga y teléfonos móviles mediante un dron en la calabozo de Botafuegos de la billete andaluza. La pequeña avión se estrelló en la terraza de un vecino cercano a la calabozo, lo que permitió detectarla. En contra de lo que pueda parecer, esta técnica para intentar proporcionar drogas y objetos a los reclusos es más que frecuente.
Cocaína, marihuana y dos móviles
Los guardias se percataron de un dron que sobrevolaba la calabozo y que poco posteriormente perdió el control y se precipitó una terraza cercana. Inmediatamente, la Policía Franquista recibió el aviso y se puso en búsqueda del dron, el cual acabaron descubriendo que portaba cocaína, marihuana y dos teléfonos móviles.
Este suceso se suma a uno que sucedió la semana pasada en los centros penitenciarios de Puerto I y II. Desde el sindicato explican como los agentes incautaron un móvil de inscripción variedad cercano a dos botellas de whisky, listas para ser transportadas por un dron.
Finalmente, las tres personas que se encontraban en un coche a las ensanche de las cárceles y dispuestos a realizar la entrega fueron detenidas.
Estas técnicas conllevan problemas internos
ACAIP-UGT ha informado que esta técnica es muy novedosa y está facilitando la entrada de sustancias a los presos. En la calabozo de Botafuegos, normalmente se trataba de introducir este tipo de sustancias tras los permisos de los internos, aprovechando la celebración de las comunicaciones íntimas, familiares o de convivencia o al introducir paquetería dirigida al recluso.
Aunque muchos de estos intentos son neutralizados antaño de que finalicen, aseguran que la presencia de móviles y drogas en las celdas crean "deudas, agresiones, amenazas, coacciones, extorsiones e, incluso, se utilizan para seguir cometiendo nuevas actividades delictivas desde el interior de la calabozo”.
Las quejas se han dirigido al subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco; al delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández; y al secretario normal de Instituciones Penitenciarias, Atractivo Luis Ortiz; para que "dejen de mostrarse inertes e inoperantes", ya que se requiere "la apadrinamiento de medidas urgentes para resolver el gravísimo problema que está aflorando en las cárceles gaditanas, andaluzas y españolas".
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