En un mercado regulado, la incumplimiento de que las cosas no funcionen es del regulador. En plena tormenta por la crisis energética en Europa, Francisco Reynés, presidente y consiliario delegado de Naturgy, dio a entender ayer en una conferencia pronunciada en la etapa del Col·legi d’Economistes de Catalunya que las cosas serían distintas si las distintas administraciones hicieran admisiblemente su trabajo. “Uno de los principales cuellos de botella en la transición en dirección a las energías renovables es la flema en la tramitación de permisos de instalación y de declaraciones de impacto ambiental, que van mucho más lentos de lo deseable”, aseguró Reynés.
Para el primer ejecutor de Naturgy, se avecinan “meses y primaveras de precios energéticos elevados”, luego de un alivio en las facturas explicable por lo que está tardando en arribar el frío, un autor “coyuntural y no estructural” que ha minimizado la demanda. “Para retornar a los precios del 2021 todavía error tiempo”, añadió. El miedo al invierno ha provocado que todo el mundo haya hecho acopio de gas en los últimos meses. Las reservas están llenas, en buena medida por el objetivo fijado en el seno de la UE de alcanzar como leve un 85% de llenado para final de año.
Pero, según Reynés, esta situación “coyuntural” cambiará en cuanto las reservas comiencen a descabalgar y haya que volverlas a guatar. Adicionalmente, la cantidad de barcos metaneros en el agua se sitúa “por encima de lo que nunca había estado en los últimos 20 primaveras”, lo que provoca que su coste se haya multiplicado por 15, un encarecimiento que se verá reflejado en las facturas de los consumidores.
Se avecinan “meses y primaveras de precios energéticos elevados”
Por otra parte, Naturgy explicó ayer que ha conseguido un beneficio neto de 1.061 millones de euros en los nueve primeros meses del 2022, un 36,6% más que en el mismo periodo del año antecedente, y disparó su monograma de negocio hasta los 27.011 millones, un 85,5% más.
La compañía desvincula esta progreso de la crisis energética. Naturgy cerró el tercer trimestre del adiestramiento 2022 con inversiones orgánicas que le han permitido aumentar su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 37% hasta los 3.502 millones, en un entorno de “adhesión volatilidad” en los mercados y de “elevada incertidumbre regulatoria”. El auge de los resultados de los nueve primeros meses se vio impulsado por las actividades de gobierno de la energía y comercialización, que representó casi un 60% del aumento del ebitda. Respecto a los nueve primeros meses del 2021, el crecimiento de las actividades en España aumentó el ebitda en 407 millones.
La compañía mejoró ayer sus previsiones para el año en curso en el que demora alcanzar un ebitda de 4.800 millones. Las acciones de Naturgy cerraron con una caída del 0,42%, lo mismo que el Ibex.
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