Sistemas de propulsión alimentados con hidrógeno. Esta es una de las alternativas que desarrollan diversas compañías para alcanzar la descarbonización del transporte de cara a fracción de este siglo. Si correctamente no es la desafío mayoritaria en el sector de la automovilismo, firmas como Toyota, Hyundai o BMW trabajan en esta rasgo. De hecho, las dos primeras ya comercializan modelos que funcionan con dicho combustible. Nos referimos al Toyota Mirai y el Hyundai Conexión. Todavía en el ámbito naval se está trabajando en esta rasgo, así como en el de la aviación. De hecho, Rolls-Royce y easyJet acaban de anunciar que han completado con éxito una prueba estática de un motor aeronáutico de hidrógeno.
Décimos estática porque se ha hecho en tierra; no en un avión que haya surcado los cielos. Concretamente, se llevó a extremo en unas instalaciones al garbo franco del MoD Boscombe Down (Reino Unido) utilizando un motor de avión regional Rolls-Royce AE 2100-A convertido. Para realizar las pruebas se utilizó hidrógeno verde suministrado por EMEC (Centro Europeo de Energía Acuarela), que lo genera a partir de energía renovable eólica y de las mareas de las Islas Orkney de Escocia.
"El éxito de esta prueba de hidrógeno es un hito emocionante" para conseguir la descarbonización y "remodelar el futuro de los vuelos", ha admitido Grazia Vittadini, directora de tecnología de Rolls-Royce. En este mismo sentido se ha manifestado Johan Lundgren, CEO de easyJet, quien cree que "será un gran paso delante para indisponer el desafío de cero emisiones netas para 2050".
Tras esta primera prueba en tierra, está previsto que se lleve a extremo otra de un motor a reacción Rolls-Royce Pearl 15. De todos modos, se contempla la posibilidad que se acabe realizando en algún otro espacio, como las instalaciones que tiene Rolls-Royce en Mississippi, EE. UU.
La prueba de este motor de hidrógeno se ha llevado a extremo en el Reino Unido 
Rolls-Royce y easyJet iniciaron hace cuatro meses -en julio de 2022- una asociación para trabajar en el incremento de motores de combustión de hidrógeno capaces de propulsar una amplia serie de aviones, incluidos los de fuselaje severo. Ambas compañías se comprometieron a trabajar juntas en una serie de pruebas de motores en tierra, y tienen la avidez compartida de sufrir la tecnología al garbo. El objetivo de la asociación es demostrar que el hidrógeno tiene el potencial para propulsar aviones a partir de mediados de la división de 2030.
Airbus todavía trabaja la vía del hidrógeno
Estas no son las únicas compañías aeronáuticas que creen en el hidrógeno como alternativa de futuro. Airbus todavía cree que es una buena opción para descarbonizar la aviación a desprendido plazo. La empresa está trabajando en varios prototipos de aeronaves alimentadas con este combustible y su consiliario delegado, Guillaume Faury, cree que los aviones de hidrógeno deberían convertirse en una existencia en el horizonte de 2035, aunque primero con aparatos de corta y media distancia.
Imagen de uno de los tres prototipos de avión eléctrico en los que trabaja Airbus 
Mientras esto no sucede, el uso de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, en inglés) se presenta como la opción más ágil para sujetar las emisiones contaminantes. Entre ellos, la alternativa más destacamento e inmediata son los llamados biojet, que se obtienen a partir de residuos o biomasas.
En función del tipo de materia prima utilizada para generarlos, encontramos los biocombustibles de primera reproducción, a partir de aceites vegetales y con una reducción de emisiones de CO2 superior al 60%, y los biocombustibles avanzados, que parten de residuos de los cultivos, de las industrias agroalimentarias y de la parte orgánica de los posibles urbanos, con una maduro aptitud en la reducción.
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