Argentina despertó este miércoles en calma, al día futuro de la condena a seis abriles de calabozo e inhabilitación perpetua por corrupción contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Una calma que en sí misma constituye un mensaje político del kirchnerismo, aunque sea tan críptico como de costumbre.
A sus 69 abriles, Fernández sigue siendo la principal líder política de Argentina. Concita el longevo rechazo entre la población (67%) pero al mismo tiempo no hay nadie que tenga más intención de voto que ella: un 30%. Un expresión suyo puede traducirse inmediatamente en miles de personas en las calles.
No obstante, la incertidumbre del martes, inmediatamente posteriormente de conocerse la sentencia, la vicepresidenta reaccionó con un encendido discurso contra el poder sumarial y la concurso macrista -de casi una hora y transmitido por vía telemática desde su despacho de presidenta del Senado- pero no llamó a sus partidarios a movilizarse.
En cambio, la siempre imprevisible líder kirchnerista lanzó una anuncio obús: no se presentará a las elecciones presidenciales de octubre del año que viene, como se había venido especulando en los últimos meses, dada la disputa abierta con el presidente argentino, el además peronista Alberto Fernández.
“No voy a ser candidata a mínimo, ni a presidenta, ni a senadora. Mi nombre no va a estar en ninguna libramiento (papeleta)”, dijo la vicepresidenta y presidenta del país durante dos mandatos (2007-2015). Fernández cargó contra lo que tildó de “estado paralelo” y “mafia sumarial”, y aseguró que el logro verdaderamente importante de la confabulación o lawfare del que dice ser objeto es la inhabilitación a perpetuidad a que fue condenada. “La verdadera pena es la inhabilitación”, afirmó.
“No soy mascota de nadie”, añadió, para evidenciar que no será candidata alegando además que de esta guisa no “perjudicará” a su “fuerza política”, un concepto además ambiguo en boca de la vicepresidenta.
Su fuerza política es el Frente de Todos, la coalición que en el 2019 llevó a la presidencia a Alberto Fernández –designado por ella-, unificando todos los sectores peronistas, siempre por iniciativa de la líder del kirchnerismo, el ala más progresista del movimiento fundado por el normal Perón.
El anuncio de no postularse a las próximas elecciones puede parecer un pláceme al sol, teniendo en cuenta la sentencia. Pero no es así, porque la condena será recurrida y hasta que sea firme tendrá un represión sumarial que ultrapasará la plazo de las elecciones. Fernández no ingresará en la calabozo por este motivo y siquiera queda inhabilitada a la destreza. Encima, goza de inmunidad por su cargo; inmunidad que solo puede ser levantada por una mayoría calificada del Senado, que controla el peronismo.
Cristina Fernández fue condenada a seis abriles de calabozo e inhabilitación perpetua por el delito de filial fraudulenta de fondos públicos, por la concesión durante su mandato presidencia de casi todas las obras públicas de la provincia patagónica de Santa Cruz –el feudo político de los Kirchner- al patrón cercano Lázaro Báez y su empresa Austral Construcciones, en la causa conocida como “Vialidad”.
En el prudencia hablado iniciado hace tres abriles y que es solo unos de La Fiscalía pedía en total doce abriles de prisión, pero finalmente el tribunal la exculpó del delito de asociación ilícita.
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