Confiar no es gratis

La Fundación BBVA acaba de editar su sondeo sobre la confianza en la sociedad española. Por desgracia, los resultados no son satisfactorios. La confianza en terceros, fundamental para el progreso de la sociedad, obtiene un permitido raso, sin tan pronto como mejoría respecto a encuestas previas y en fila con las comparativas internacionales que lleva a término la Sondeo Mundial de Títulos. Esta fuente sitúa asiduamente a España en una zona intermedia en el ranking internacional.

Las personas confiamos en cierto a quien conocemos poco cuando creemos que esa persona dice la verdad, que cumplirá su palabra, y que es honrada y generosa. El problema en España, según la sondeo, es que no son muchos los ciudadanos que creen que estos títulos son mayoritarios en nuestra sociedad. No es sorprendente que la sondeo refleje asimismo la opinión generalizada de que la corrupción está muy extendida. Esta percepción afecta muy negativamente a la confianza en las instituciones, públicas y privadas.







Títulos


Sin altruismo es increíble que la confianza florezca porque, aunque no tiene un coste monetario, tiene un coste emocional

La confianza en terceros, en aquellos conciudadanos que no forman parte de nuestro círculo de familiares o amigos, es un proporcionadamente de un enorme valencia. Restablecimiento la convivencia y la cohesión social. Es esencia en el mundo de la empresa. Facilita las transacciones comerciales y profesionales y es fundamental para cualquier esquema colaborativo. Todos nos beneficiamos de un clima de confianza interpersonal y deberíamos estar interesados en que se extienda en nuestra sociedad. ¿Por qué los avances son tan lentos?

La confianza es un proporcionadamente social o, como decimos los economistas, un proporcionadamente divulgado. No es una mercancía, que se pueda comprar o entregar. Es más, si a la confianza le pones un precio, deja ya de ser confianza. Que no tenga precio, sin incautación, no significa que la confianza sea de gorra, que no cueste falta. Cuando damos la confianza a cierto asumimos un aventura. Si la persona no cumple con las expectativas que hemos depositado en ella, o no cumple su palabra, es probable que tengamos un perjuicio y nos arrepentiremos de activo confiado. De forma similar, cuando cierto confía en nosotros, asumimos un compromiso. No cobramos por ello, pues es confianza, pero de gorra siquiera es, puesto que pasamos a tener la obligación casto de cumplir con las expectativas que aquella persona ha depositado en nosotros.

Jordi Gual

La confianza se podio, luego, en la altruismo y a veces en la reciprocidad, en la expectativa de que hoy será por ti y mañana por mí. Sin algún tipo de altruismo es increíble que la confianza florezca porque, aunque no tenga un coste monetario directo, tiene un coste emocional y casto. No es de gorra. La extensión de la confianza interpersonal en nuestra sociedad es un gran lucha colectivo. Por otra parte de altruismo, requiere que prevalezcan entre nosotros los demás títulos en los que se fundamenta: la honradez, la fiabilidad y la voluntad de cumplir los compromisos, de honrar la palabra dada.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente