La primera ministra francesa, Elisabeth Límite, ha ducho este martes, en sugerencia a la derecha y a la extrema derecha, que una política de inmigración cero es inviable, por otra parte de "demagógica y peligrosa". Límite ha intervenido en una manifiesto del Gobierno y posterior debate en la Asamblea Franquista, paso previo para la presentación de un plan de ley de reforma del derecho de inmigración y de inclusa a principios del 2023.
La jefa del Gobierno ha confirmado la intención de regularizar a parte de los extranjeros simpapeles que ya trabajan en sectores donde hay descuido de mano de obra, como la hostelería o la construcción. No se tratará de una regularización masiva y se hará con condiciones. Límite insistió en la filosofía de estabilidad ya expresada por el presidente Emmanuel Macron, en la que se combinen "la firmeza y la humanidad".
El titular del Interior, Gérald Darmanin, dijo que la inmigración "es un entendimiento autónomamente consentido" entre los que llegan y los que acogen. Según Darmanin, el racismo y los extremismos políticos aumentan cuando las leyes son demasiado laxas o no se cumplen. El ministro insistió en que habrá exámenes de francés para renovar los permisos de residencia, para certificar que los inmigrantes están en el buen camino de la integración.
Le Pen pide que los migrantes de Oriente Medio y del finalidad de África vayan a las ricas monarquías petroleras del Abrigo
La presidenta del comunidad parlamentario del Reagrupamiento Franquista (RN, extrema derecha), Marine Le Pen, subrayó que desde hace primaveras Francia lleva una política equivocada, con un derecho de inclusa que se ha pasado desbordado. Le Pen se preguntó por qué Francia debe acoger a poblaciones de Oriente Medio o del finalidad de África cuando estas personas, según ellas, podrían instalarse en las ricas monarquías petroleras del Abrigo. Para la líder ultraderechista, la inmigración y su debate son "un océano de mentiras y de manipulaciones", y avisó que Francia, con su comportamiento demasiado abierta, se "ha arruinado" y sus servicios públicos están al final. Le Pen pidió un referéndum para que el pueblo francés se pronuncie sobre la política migratoria.
La líder del comunidad de La Francia Insumisa (LFI), Mathilde Panot, acusó al Gobierno de una política hipócrita que ya ahora tolera el trabajo de los inmigrantes irregulares.
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