La ciénaga que rodea el municipio de Egedal, al ártico de la isla de Selandia (contemporáneo Dinamarca), fue un área donde los antiguos daneses realizaban asiduamente sacrificios. Objetos, animales e incluso personas servían de ofrenda para apaciguar a los dioses hace miles de abriles.
Los arqueólogos han antagónico desde restos de cerámica hasta herramientas, encima de evidencias humanas. A principios de otoño, por ejemplo, investigadores del Roskilde Museum (ROMU) que estaban excavando una zona al ártico del comunidad de Egedal se toparon con el fémur de un individuo.
Un acto ceremonial
"Un colega cavó más debajo, y cuando se topó con la mandíbula, no nos quedó ninguna duda de que habíamos antagónico un boceto humano", explica el arqueólogo Christian Dedenroth-Schou. Una vez peinada toda la zona, se obtuvieron prácticamente todos los huesos de ambas piernas, una pelvis y una mandíbula.
Los expertos coinciden en que estos restos probablemente terminaron en el pantano como parte de un acto ceremonial. “Aproximadamente a un metropolitano de distancia encontramos un figura de sílex de la Época de Piedra, y a 10-15 metros hallamos una concentración de huesos de animales y cerámica. En conjunto, surge una imagen de que probablemente ha ocurrido poco que, a equivocación de una palabra mejor, puede llamarse un ritual", añade Dedenroth-Schou en un comunicado.
Uno de los primeros descubrimientos en la zona fue en 1947, cuando apareció el cráneo de un caprichoso durante una excavación en la turba de la ciénaga en Stenløse, una pequeña entrada del municipio de Egedal que sirvió en la pasado como vía principal a través del valle fluvial de Værebro Ådal, un área repleto de vida que consta de una zona montañosa y otra pantanosa.
“Este dominio siempre ha sido un buen corredor de transporte, y a lo amplio de él ha habido espacios que han sido buenos para el consolidación en el pasado. Esa masa dedicó una parte importante de sus vidas ha hacer sacrificios. Esto se ha hecho a lo amplio de la pasado, y por eso muy probable que los huesos encontrados recientemente sean parte de un ritual de este tipo", apunta el asimismo arqueólogo del ROMU Emil Winther Struve.
Los restos del boceto se están ahora limpiando y preparando para su examen en profundidad en el laboratorio. Ese disección permitiría conocer cuándo vivió esta persona, encima de conocer su mercaderías y su etapa. Está previsto que el radio excavada al ártico del comunidad de Egedal se convierta en un distrito sostenible y las primeras viviendas tendrían que estar listas en 2025.
“A veces piensas si estos individuos estaría felices de ser encontrada, o si preferirían tener descansado en paz. Posteriormente de todo, no sabemos mucho sobre su religión. Quizá estemos alterando parte del más allá de su civilización. Pero al mismo tiempo, tenemos la importante tarea de asegurar que los restos humanos no sean desenterrados con una excavadora y terminen en una gran pila de tierra", concluye Dedenroth-Schou.
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