La ANC tilda a ERC de "colaboracionista" con el Estado y el Govern replica que "no se equivoquen de adversario"

La mecanismo independentista es un oxígeno. La reforma prevista para el delito de desórdenes públicos ha provocado una nueva división entre los propios partidos y las entidades. Esquerra y Òmnium Cultural por un banda, y la Assemblea Doméstico Catalana (ANC), Junts, la CUP y el Consell de la República por el otro. El descontento de los segundos ha cristalizado este mediodía en una manifestación por las calles de Barcelona contra la modificación del delito de desórdenes públicos pactada entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Esquerra que ha terminado en presencia de las puertas del Palau de la Generalitat en el que el vicepresidente de la ANC, Jordi Pesarrodona, ha tildado a los republicanos de “colaboracionistas”. A la misma hora, en el interior del edifició, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, daba una rueda de prensa en el que ha solicitado “no equivocarse de adversario”.

Así están las cosas. Plaja ha expresado el "mayor respeto" del Govern de Pere Aragonès a la confianza de expresión, a todas las manifestaciones y a la disparidad de pareceres, pero acto seguido ha arrojado un reproche: "Si se dirigieran todos los esfuerzos a los puntos compartidos y no a los puntos que nos separan y a no confrontarnos entre independentistas, seguro que iríamos más deprisa y más remotamente”.

Mientras tanto, en el extranjero, la ANC lideraba una protesta que ha reunido a representantes de Junts y la CUP. Paradójicamente, los posconvergentes –como los socialistas catalanes y los comunes- están en plenas negociaciones con el Govern para sacar delante lis presupuestos de la Generalitat del 2023. Con todo, la presidenta de la Assemblea, Dolors Feliu, ha asegurado ayer de que la manifestación iniciara su repaso que la reforma del Código Penal rebusca “"aumentar la represión” y en particular, “contra el movimiento independentista en particular". El mensaje contrasta con el de la portavoz del Ejecutante catalán, que ha afirmado que la derogación del delito de sedición es “un avance indiscutible” y que es fruto de “forzar al Estado a moverse” en la mesa de diálogo. “Es importante tanto para los represaliados actuales como para las condiciones futuras”, ha añadido Plaja.

Según la portavoz, con las modificaciones en el delito de desórdenes públicos no amplían los casos, sino que se concretan. En todo caso, el periodo para presentar enmiendas parciales en el Congreso está rajado hasta el viernes, por lo que ha asegrado que cualquier alivio en este punto será celebrado por el Govern.

La manifestación contra la reforma del Código Penal y bajo el eslogan “Ningún pacto con España para encarcelarnos” ha congregado a 4.500 personas, según la Guripa Urbana de Barcelona, mientras que la ANC ha oculto en 10.000 los asistentes. A la protesta no ha acudido Òmnium. Su líder, Xavier Antich, aseguró ayer en una entrevista en La Vanguardia que pese a compartir la crítica la modificación del delito de desórdenes públicos, su entidad no está dispuesta a contribuir a “la confrontación entre independentistes”.

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