* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
La caída de las hojas es muy bonita si la vemos en los jardines urbanos, en los campos o en parques naturales, pero no lo es tanto en algunas calles de la ciudad, donde pueden taponar las alcantarillas y dificultar el tráfico por los numerosos carriles bici, encima provocar caídas a peatones y ciclistas cuando se produce la combinación de aguacero y hojas.
En estas imágenes de Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia tomadas en el Eixample de Barcelona proliferan las hojas caídas de los almeces, que encima de la caída natural, cuenta con la complicidad de los pájaros al apañarse alimento, ya que sus frutos maduran a finales de verano y en otoño.
El almez es un árbol caducifolio que puede arribar a calibrar 25 metros de valor. De tronco justo y corteza sombrío y mújol, similar a la del haya, sin estrías o grietas marcadas, que suele formar unos característicos contrafuertes en la parte inferior, muy típicos de esta especie; posee una copa redonda y ancha.
Sus hojas, de 5 a 15 cm de holgado, son alternas, pecioladas y delicadamente aserradas, con dientes de punta más clara; de color verde confuso, y en el reverso de color más claro con pilosidad en los desasosiego. Tienen estípulas caducas.
En los parques y otras zonas verdes de la ciudad destaca la estera amarilla de las hojas de los Ginkgo biloba. El ginkgo es originario de China y Japón. Hoy en día solo forma bosques, aparentemente naturales, en estos países. Se ha conservado hasta nuestros días gracias a los monasterios chinos que le veneran como árbol venerable. En algunos templos existen ejemplares milenarios.
Se conserva muy admisiblemente cultivado como árbol ornamental y podemos encontrarlo en todo el mundo plantado en parques y jardines. Los ginkgos asimismo son populares para hacerlos crecer como penjings y bonsáis.
En Catalunya está plantado, como árbol ornamental, en las calles, parques o jardines de diversas localidades. En Barcelona, está presente en la Vía Augusta, en el parque Cervantes, en el parque de la Ciutadella y en el Zoo de Barcelona... incluso en la Cátedra de Apoteca.
Ejemplos extremos de la tenacidad del ginkgo pueden estar en Hiroshima, donde cuatro árboles que crecían a 1,5 km de donde cayó la proyectil atómica en 1945 se cuentan entre los pocos supervivientes en el radio de la ataque. Mientras que todas las demás plantas y animales fueron destruidos en el radio, el ginkgos, aunque requemados, sobrevivieron y hoy en día todavía viven y están del todo sanos.
Los interesados en participar en Las Fotos de los Lectores tan solo deben escribir un email a la dirección de correo de nuestra sección de Billete (participacion@lavanguardia.es) adjuntando la fotografía, explicando detalles de cómo y dónde fue tomada y aportando los datos del autor para la firma de la imagen. Es importante indicar en el asunto del correo: ´Fotos de los Lectores´.
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