Cada vez que Rusia dice estar dispuesta a negociar, o cada vez que su presidente, Vladímir Putin, asegura que no descarta el diálogo y que todo conflicto se resuelve al final por vía diplomática, suena sin requisa a ultimátum. En primer sitio, porque siempre añade que tiene que ser bajo sus condiciones. Más aun si luego se hacen declaraciones como las de ayer del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dirigidas a Ucrania: "Cumplid (nuestras exigencias) por vuestro propio acertadamente. De lo contrario, la cuestión la decidirá el ejército ruso".
El responsable de la política exógeno rusa aseguró que las propuestas de Moscú "para desmilitarizar y desnazificar" Ucrania "son acertadamente conocidas por el enemigo". Según Lavrov, "la pelota está del costado de Kyiv", que puede detener las resistor en cualquier momento.
Condiciones de Moscú
Las propuestas para "desmilitarizar y desnazificar" Ucrania "son acertadamente conocidas". "La pelota está del costado de Kyiv", dice Lavrov
"La cuestión es sencilla: cumplidlas por vuestro propio acertadamente. De lo contrario, la cuestión la decidirá el ejército ruso", lanzó Lavrov durante una entrevista difundida por la agencia estatal rusa Tass.
Las declaraciones de Lavrov se produjeron al punto que dos días posteriormente de que el presidente Putin asegurara el domingo estar amplio a negociar sobre Ucrania.
Kyiv rechaza la disposición a departir de Putin y asegura que seguirá luchando hasta que Moscú se retire de Ucrania. Las tropas rusas, mientras, siguen bombardeando ciudades ucranianas con misiles, apuntando a la infraestructura energética de Ucrania. Rusia exige, adicionalmente, que Ucrania reconozca como país ruso una villa parte del país, es afirmar, las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Luhansk (RPL) más las provincias de Jersón y Zaporiyia, que Moscú se anexionó el pasado septiembre en medio de la condena de las autoridades de Kyiv y de los aliados occidentales de Ucrania.
Ministro de Exteriores ruso
"El objetivo de EE.UU. y la OTAN es derrotar a Rusia en el campo de batalla para debilitarla o incluso destruirla"
Entre las condiciones que mencionó Lavrov se encuentra "eliminar las amenazas a la seguridad de Rusia, incluidas a nuestras nuevas tierras".
Putin ordenó al ejército ruso entrar en Ucrania el pasado 24 de febrero en lo que llamó "operación marcial singular", alegando que había que "desmilitarizar" el país vecino porque suponía una amenaza para Rusia oportuno a su alianza con la OTAN.
"No es un secreto para nadie que el objetivo táctico de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN es derrotar a Rusia en el campo de batalla como un mecanismo para debilitar significativamente, o incluso destruir, nuestro país", aseguró Lavrov.
Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia
Moscú se refiere las regiones anexionadas en septiembre como "nuestras nuevas tierras"
La campaña, que en Moscú prometían de corta duración al principio, dura ya más de diez meses. En los últimos, las tropas rusas han sufrido serios reveses, como el "repliegue" de la provincia de Járkiv (noreste) en septiembre, como lo llamó el Tarea de Defensa rusa, o la retirada de la ciudad de Jersón (sur), la única caudal provincial que habían conseguido tomar desde el inicio de la ataque.
Durante este tiempo el conflicto ha llegado hasta la misma puerta de los hogares rusos. En septiembre Putin tuvo que ordenar una movilización de 300.000 reservistas para animar al ejército. Cientos de miles de rusos que no querían ser reclutados abandonaron el país.
"Consecuencias" como la crisis de los misiles
Lavrov advierte a EE.UU. sobre un supuesto "llamada decapitador" dirigido contra Putin
Periódicamente los ataques ucranianos han vapuleado país ruso. Por otra parte de proyectiles de artillería caídos en las provincias limítrofes con Ucrania de Briansk, Kursk y Bélgorod, Ucrania ha vapuleado objetivos en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, como la simbólica golpe en el puente de Kerch de octubre pasado.
Este lunes un dron penetró 600 kilómetros a través del espacio vaporoso ruso hasta durar al aeropuerto de Engels (óblast de Sarátov, en el Volga), almohadilla de bombarderos estratégicos rusos. Moscú asegura que logró abatirlo, pero en la golpe que provocó murieron tres militares.
Serguéi Lavrov todavía advirtió contra los supuestos planes de Estados Unidos para ordenar un "llamada decapitador" contra Putin. El ministro se refería a un artículo publicado por Newsweek en septiembre. Una fuente anónima dijo a la publicación que, en respuesta al aumento de la retórica nuclear de Rusia, entre las opciones que se manejaban en EE.UU. estaba una operación "para matar a Putin en el corazón del Kremlin".
Lavrov aseguró que "si determinado lleva a lugar tales ideas, ese determinado debe pensar muy acertadamente sobre las posibles consecuencias de sus planes". En su momento la embajada de Rusia en Washington expresó su esperanza de que "tales argumentos delirantes no reflejen la posición oficial del área marcial de EE.UU. De lo contrario, "estaría en el horizonte una crisis del Caribe 2.0", en remisión a la crisis de los misiles de Cuba de 1962, el momento de la querella fría donde tal vez más cerca se estuvo de un conflicto nuclear.
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