Si se acento con los nativos americanos, sea en Pine Ridge (Dakota del Sur), una de las mayores reservas de “indios” que existe en Estados Unidos, o en cualquier otro empleo, casi siempre emerge su particular interpretación del ‘qué hay de lo mío’.
Particular porque tiene nombre y apellidos: “¿Qué hay de Leonard Peltier?”.
El presidente Joe Biden creó el pasado miércoles su segundo monumento doméstico con la protección de 450.000 acres (1.821 hectáreas) de demarcación de los Navajo, tierras consideradas como sagradas y cuya protección impedirá futuros desarrollos urbanísticos.
Ese fue otro de los movimientos de la Casa Blanca para demostrar el compromiso del presente presidente con los pueblos indígenas. El anuncio se produjo coincidiendo con la inauguración de la cumbre de las naciones tribales, la primera vez que se convocaba en persona en seis abriles, posteriormente de los cataclismos de la presidencia de Trump y de la pandemia.
Senadores y artistas de Hollywood piden al presidente que conmute la pena al símbolo de los nativos
“Nadie ha hecho más por los nativos que esta compañía”, subrayó Biden al ensalzar su esfuerzo en cuestiones económicas, de educación y de protección del medio esfera, en un agradecimiento claro de que el gobierno estadounidense no siempre ha entregado cumplimiento a los tratados firmados con los nativos americanos.
Pero a pesar de sus pronunciamientos aún hay una prioridad para los nativos que Biden no ha afrontado y que las tribus consideran secreto: el caso Peltier, su Mandela.
Leonard Peltier, agitador del American Indian Movement, lleva 46 abriles encarcelado tras ser evidente culpable de la crimen de dos agentes del FBI en un tiroteo en Pine Ridge. Le impusieron dos condenas “consecutivas” de cautiverio perpetua en un prudencia en el que los fiscales mostraron más sombras que luces. Peltier reconoció suceder participado en aquel tiroteo, pero siempre afirmó que no mató a los agentes.
Para muchos, este nativo amerindio es el prisionero político que cumple la condena más larga. El gobierno quia demostró que Peltier cometiera el doble crimen y su prudencia estuvo plagado de irregularidades. Los acusadores escondieron pruebas exculpatorias y el FBI coaccionó a testigos, así como a miembros del miembros.
En paralelo a la celebración de Biden, siete senadores demócratas, entre estos Bernie Sanders y Elizabeth Warren, firmaron una carta en la que urgieron al presidente a conceder clemencia a Peltier con el argumento de que “existen claras evidencias de una mala conducta” en la tino verbal. “Su encarcelamiento continuo desafía las promesas de conciencia y el poder de ejercitar misericordia en este caso reside nada más en vuestra discreción”, remarca el texto de esa misiva.
A su vez, más de 200 artistas indígenas y celebridades de Hollywood rogaron a Biden en otra carta que le conmute la pena. Recordaron que Peltier, a sus 78 abriles, no goza de buena sanidad y remarcaron que su prudencia estuvo plagado de manipulaciones racistas. “Leonard no solo es un símbolo del orgullo indígena –se lee–, es uno de nuestros familiares. Su regreso a casa es uno de los imperativos para la sanación colectiva”.
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