Ser madre tras un cáncer de mama no aumenta el riesgo de recaída en los años siguientes

Las mujeres que interrumpen la terapia hormonal para ser madres luego de tener tenido un cáncer de mama no elevan su aventura de retornar a tener cáncer en los tres primaveras y medio primaveras siguientes, según un estudio internacional que ha analizado datos de 516 mujeres de 20 países -72 de ellas de España-. Por otra parte, no tienen un anciano aventura de sufrir complicaciones durante el apuro ni de dar a luz a hijos con bajo peso o con problemas de salubridad.

“Son datos tranquilizadores para las mujeres que reciben un dictamen de cáncer de mama a una tiempo en que tienen el deseo de ser madres más delante, que es una existencia con la que nos encontramos de forma creciente en las consultas”, declara Cristina Saura, coordinadora de la investigación en España, del Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (VHIO).

En la investigación han participado mujeres que habían tenido tumores con receptores de estrógenos positivos, que representan el 80% de todos los cánceres de mama. En esta población, una vez termina el tratamiento auténtico en que se elimina el tumor, se aconseja una terapia hormonal de entre cinco y diez primaveras para alertar la reaparición del cáncer. Pero esta terapia hormonal impide que una mujer pueda decidir preñada.

Según la opinión mayoritaria entre oncólogos, interrumpir la terapia puede aumentar el aventura de recaída. Por otra parte, los niveles de estrógenos se elevan durante el apuro, lo que podría apoyar la proliferación de las células tumorales si hubieran quedado algunas tras el tratamiento auténtico.

Cumplir los cinco primaveras prescritos de terapia hormonal, para la mayoría de pacientes que se encuentran en esta situación, implica que cuando terminen el tratamiento tal vez serán demasiado mayores para ser madres. De ahí que algunas hayan optado por contraer el aventura de interrumpir el tratamiento y inquirir un apuro.

El nuevo estudio, realizado por el Categoría de Estudio Internacional de Cáncer de Mama, se ha diseñado para valorar los riesgos de esta valentía y poder asesorar mejor en el futuro a otras mujeres que se encuentren en la misma situación.

Las participantes tenían una mediana de tiempo de 37 primaveras y habían tenido cánceres que con antelación eran de buen pronóstico. “Si hubieran tenido tumores de stop aventura, tal vez se les hubiera desaconsejado el apuro”, declara Cristina Saura.

Habían recibido terapia hormonal entre 18 y 30 meses -lo que significa que sus cánceres eran relativamente recientes- y se les propuso interrumpir la terapia durante un mayor de dos primaveras para retomarla luego.

Según los resultados presentados hoy en el Simposio de Cáncer de Mama de San Antonio en EE.UU., considerado el congreso de cáncer de mama más importante del mundo, un 8,9% de las 516 participantes en el estudio desarrollaron un nuevo cáncer de mama en los primeros tres primaveras y medio luego de interrumpir el la terapia hormonal. Este porcentaje es similar al 9,2% registrado en una población equivalente de mujeres que no interrumpieron el tratamiento. “Interrumpir la terapia durante un tiempo para inquirir un apuro no aumenta el aventura de recaída a corto plazo”, concluye la oncóloga Cristina Saura.

Un 74% de las mujeres que decidieron interrumpir la terapia hormonal quedaron embarazadas. De ellas, un 86% dieron a luz y un 14% sufrieron interrupciones de apuro. Se registraron 365 nacimientos, de los que 29 (un 8%) fueron de bajo peso (menos de 2.500 gramos). Un 62% de las madres optaron por la crianza materna.

“Es un gran avance poder balbucir de fertilidad en las consultas de oncología”, destaca Cristina Saura. “Hace quince primaveras nadie se lo planteaba. Con las mejoras de tratamiento introducidas en los últimos primaveras, ahora muchas de estas pacientes a quienes se diagnostica un cáncer de mama a edades jóvenes tienen buen pronóstico a dilatado plazo”.

El estudio, realizado por el Categoría de Estudio Internacional de Cáncer de Mama, que se inició en 2014, continuará hasta 2029 para confirmar que la seguridad de interrumpir el tratamiento hormonal se mantiene a dilatado plazo.  

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