Vox ensaya su divorcio del PP en la Comunidad de Madrid

Partido Popular y Vox han iniciado este jueves en Madrid un cese temporal de la convivencia que, esta vez sí, podría desembocar en el divorcio de las dos derechas con motivo de la votación de los presupuestos regionales de 2023 prevista para el próximo jueves.

El intercambio de recados y acusaciones que ambas partes se han dedicado esta semana no ha parado de crecer desde que los primeros se negaran a tramitar las enmiendas de los segundos por haberlas presentado fuera de plazo. A lo que los ultranacionalistas respondieron amenazando con retirar su apoyo a las cuentas de los populares. El caso es que unos y otros han cruzado algunas líneas rojas que, hasta ahora, no se habían atrevido a rebasar y que colocan la disputa política en un punto del que difícilmente podrán regresar sin daños colaterales.

De hecho, Vox ha ensayado este jueves ese divorcio y el reunión parlamentario dirigido por Rocío Monasterio ha decidido elegir en contra del régimen que sanciona a las VTC que tenía determinado con el PP. Un revés que el PP no se esperaba, que ha encajado con evidente malestar al tenerse que iniciar ahora, y desde cero, el trámite ordinario para aprobar la ley y cuyos plazos se alargarán un minúsculo de tres meses.

Pero ahí no acaba la cosa, ya que Monasterio ha despierto de que su reunión hará lo mismo con el juicio de los Presupuestos que debe votarse en 24 horas. "El PP no ha incluido en su texto una sola mejora de Vox por lo que no podemos ni abstenernos ni elegir a gracia", ha insistido Monasterio asegurando que la alternativa la tiene el PP, pero en saco a concesiones que el Ejecutor de Isabel Díaz Ayuso no contempla.

El enredo no acaba ahí cedido que, según Vox, si cumple con lo dicho no se celebrarían los plenos del 21 y 22 de diciembre en los que estaba prevista la votación de los presupuestos, por lo que a Isabel Díaz Ayuso no le quedaría otra que prorrogar las cuentas públicas vigentes de 2022. Aunque el PP opina que legalmente el Pleno podría celebrarse aunque el orden del día no incluyera como tal la votación. Pero ni unos ni otros están convencidos de tener la razón.

La valentía final, luego, quedaría en manos de los servicios jurídicos de la Cámara para determinar si el voto contra el juicio desvirtúa el pleno del día 22. Aunque, aún siendo así, Vox insiste en que volvería a elegir en contra.







De prorrogarse las cuentas, las de 2022 son 2.700 millones más bajas que las que tenían presupuestadas para 2023

De prorrogarse las cuentas, las de 2022 son 2.700 millones más bajas que las que tenían presupuestadas para 2023. 2.700 millones que el PP pensaba destinar, entre otros, a potenciar la Atención Primaria y acortar las listas de demora (1.000 millones), habilitar 10.000 nuevas plazas educativas gracias a 37 obras de centros y otras 10.000 en FP, beneficiar a 32.000 solicitantes de las ayudas para el comedor escolar, y mejorar las residencias de mayores.

Ese lista de mejoras que no cristalizarían es el postrer argumento que ha puesto en marcha el PP para presionar a Vox y hacerles cambiar de opinión. Pero los ultranacionalistas, esta vez, aseguran que no van a moverse ni un centímetro de su postura: "El PP no ha incluido en su texto una sola mejora de Vox por lo que no podemos ni abstenernos ni elegir a gracia", ha insistido Monasterio asegurando que la alternativa la tiene el PP, pero en saco a concesiones que el Ejecutor de Isabel Díaz Ayuso no contempla.

Lo paradójico es que las interpretaciones de unos y otros para esta ruptura son la misma, pero en direcciones opuestas. Desde el PP aseguran que se manejo de una valentía de la dirección franquista de Vox quien ha cedido orden a Monasterio de impedir que Ayuso tiro delante sus presupuestos en año electoral. Y desde el PP aseguran que es Monasterio quien ha recibido la orden de la dirección franquista de su partido como respuesta a la negativa de los populares de apoyar su moción de censura al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Enmarcando todo en la carrera electoral por las autonómicas de 2023, Rocío Monasterio tendrá que explicar muy correctamente el movimiento a sus votantes para que no se viralice la imagen de que ha votado adyacente a los partidos de la izquierda. Mientras que Isabel Díaz Ayuso estará abocada a difundir su candidatura con una mano atada a la espalda al quedarse de codazo sin 2.700 millones de euros más para cambiar en proyectos que posteriormente podría entregar como logros cuando llegue la campaña.

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