Nadie le hace un gol en Qatar a Marruecos, que hizo historia y es la primera selección africana que se mete en una semifinal de un Mundial. Portugal probó además la misma amarga medicina que Croacia, Bélgica y España, incapaces de perforar la puerta de Bono. Los 'Leones del Atlas' solo han encajado en este Mundial un tanto, y fue un autogol de Aguerd en su triunfo delante Canadá (2-1) en la etapa de grupos.
Portugal terminó desesperado. Tras una primera parte más o menos nivelada que terminó con un gol del sevillista En Nesyri a los 42 en un cabezazo al aprovecharse de una mala salida de Diogo Costa, la segunda parte fue un acoso sin cesar de Portugal delante un equipo que puso un autobús delante Bono.
La táctica
El autobús de Marruecos
La reto del equipo de Walid Regragui, que tomó el mando de la selección hace tres meses, no fue precisamente por el 'jogo atún' pero nadie le puede desmentir su efectividad. Con jugadores muy físicos que no se ahorran una carrera se atrincheró a espaldas, perdió mucho tiempo, hizo todas las faltas que pudo al término del reglamento y se las arregló muy perfectamente para cortocircuitar el articulación de una Portugal a la que le faltó finura y medios. No fue la tarde de Negro Fernandes o Bernardo Silva. No hubo articulación entre líneas ni desbordes por la bandada.
Fernando Santos sacó al merienda que había arrasado a Suiza en los octavos, con Gonçalo Ramos de nueve y Cristiano en el banquillo. Cristiano salió a los cinco minutos de la segunda parte y Portugal acabó lanzando centros a la olla con Pepe de improvisado punta centro, el postrer procedimiento de los equipos desesperados.
Cristiano
El siete portugués salió en el minuto 50
Si España delante Marruecos solo chutó una vez a puerta en todo el partido, la defensa magrebí fue prácticamente igual de efectiva. En toda la segunda parte Portugal solo comprometió a Bono dos veces. La primera fue en una comba de João Félix que obligó a esfumarse al zaguero del Sevilla, una de las paradas del campeonato. La segunda fue una contra que Cristiano terminó de forma poco precisa, un chutazo al cuerpo de Bono. Cristiano ya no tiene la velocidad de antiguamente.
En los ocho minutos de la prolongación estuvo más cerca el segundo gol de Marruecos, que pudo ascender en una contra de manual desperdiciada por Aboukhal con un remate inocente. La última ocasión del partido fue un cabezazo de Pepe que pasó rozando el palo. Un susto tremendo para Marruecos. Cristiano entró en su vestuario llorando. Todavía para él se acaba el sueño de superar un Mundial. Ya van así unos cuantos.
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