El hombre que vive con una figura de silicona de su esposa a tamaño real tras su fallecimiento

La forma de advenir el duelo por la pérdida de un ser querido es muy diferente según cada persona. Algunos pasan las primeras etapas en silencio, otros necesitan estar en contacto permanente con los suyos y algunos deciden rendir homenaje a la persona fallecida. 

El protagonista de la historia. Este es el caso de Tapas Sandilaya, un hombre de 65 primaveras que vive en Calcuta, en la India, y que en mayo de 2021 perdió a su esposa Indrani, por yerro de la Covid-19. Un tiempo luego de su asesinato, decidió que merecía tener un puesto en su casa en forma de figura de silicona en tamaño efectivo. 







La historia detrás de la figura

¿Por qué este homenaje? Sandilya ha explicado la historia a medios locales como India Times, que después ha transmitido la reverso por todo el mundo. Según el relato del hombre, él y su esposa habían visitado hace una lapso en templo hindú de Iskcon en Mayapur. Indrani quedó maravillada de la estatúa realista que había del fundador de la orden AC Bhaktivedanta Swami. 

Regreso al templo. Meses luego del fallecimiento de su esposa, Sandilya regresó al mismo templo para revivir la gran experiencia que tuvo con Indrani y recordó una conversación que habían tenido a la hora de contemplar la majestuosa estatua: "Indrani me había hablado de su deseo de tener una estatua similar de ella ceremonia si fallecía antaño que yo. Solo quería cumplir su deseo", comenta. 

La creación de la figura. Tras esta especie de revelación, el hombre contactó con Subimal Das, un popular cincelador, para que recreara al detalle la figura de su mujer. Sandilaya invirtió el equivalente a más de 2.500€ en el plan y estuvo codo con codo con el cincelador para comprobar que estaba satisfecho con los resultados.

Competición original de la clan. El resultado ha sido una figura de silicona de 30 kilos que Sandilaya ha colocado en el que era el puesto privilegiado de su mujer, el columpio de la casa. La intrepidez no gustó en primera instancia a la clan, según explica el hombre, pero les hizo entender el deseo de su mujer: "Si tenemos fotografías en casa luego de la asesinato de cualquiera, ¿por qué no una estatua?", reflexiona. 

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