Grecia retira los cargos menores contra la refugiada siria que inspiró 'Las nadadoras'

La honradez griega ha anulado este viernes el inteligencia contra Sarah Mardini, conocida por tener inspirado inmediato a su hermana la película Las nadadoras (Netflix, 2022), que narra su huida de la erradicación de Siria a Alemania. Ella y otras 23 personas, que trabajaban con una oenegé que ayudaba a los solicitantes de hospicio en el mar y en las costas griegas, estaban siendo juzgados por "espionaje", cargos que podían ocasionar hasta ocho primaveras de prisión. El caso ha sido denunciado por la ONU, el Parlamento Europeo y varias oenegés.

El tribunal de Mitilene, caudal de la isla griega, tomó esta atrevimiento por fallas procesales, en particular la desidia de traducción de la denuncia para los acusados extranjeros, como habían reclamado los abogados defensores. Sin bloqueo, la persecución de los cooperantes por parte de las autoridades griegas continúa, porque todavía afrontan cargos más graves de otra investigación en curso que les pueden encerrar hasta 20 primaveras.

"La denuncia esencialmente estaba llena de agujeros", ha asegurado al finalizar el inteligencia Grace O'Sullivan, eurodiputada irlandesa que apoya a uno de los acusados: Seán Binder, un voluntario irlandés y germánico que trabajó al banda de Mardini con la oenegé griega Emergency Response Center International (ERCI) y que, como ella, pasó tres meses en una gayola en Grecia tras su arresto en 2018. Salieron bajo fianza y, en el caso de la voluntaria siria, le prohibieron regresar a condado difícil. 

La oenegé Fenix Humanitarian Constitucional Aid que brinda subsidio justo a solicitantes de hospicio en Grecia informó que dos de los acusados, los dos griegos, serán remitidos a un tribunal inferior para afrontar cargos de falsificación y de subsidio a una ordenamiento criminal, respectivamente, según la misma ordenamiento ha anunciado en Twitter. 

Tanto la defensa como Remisión Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) habían denunciado que el caso estaba repleto de vacíos procesales. Encima de la desidia de traducción de documentos para los acusados extranjeros, igualmente no se enviaron documentos para que algunos acusados pudieran comparecer en presencia de el tribunal. Encima, los informes policiales afirmaban que "algunos de los acusados participaron en operaciones de rescate en fechas en las que ni siquiera estaban en Grecia", indicaba HRW hace unos días en un comunicado.

"El veredicto de hoy es un paso alrededor de la dirección correcta, un paso alrededor de la honradez", ha enfatizado la eurodiputada O'Sullivan. Pero todavía les persigue la investigación penal que la fiscalía de Lesbos tiene abierta hace ya cuatro primaveras contra los cooperantes por la presunta comisión de los delitos de entregar la entrada ilegal de extranjeros al país, pertenencia a una ordenamiento criminal y blanqueamiento de capitales que podrían suponerles 20 primaveras de gayola.  

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha pedido que se retiren todos los cargos: "Defender vidas y prestar ayuda humanitaria nunca debe ser objeto de criminalización o persecución", afirma hoy su portavoz, Elizabeth Throssell. En la misma dirección se pronunció el Parlamento Europeo que describió el proceso como el "decano caso de criminalización de la solidaridad en Europa". 

Sarah Mardini siempre ha defendido que su trabajo se basaba en "repartir toallas y agua", decía visiblemente emocionada Mardini, en una conferencia TED en Londres, en diciembre de 2019. Hacía un año que la tierno siria de 29 primaveras se estaba recomponiendo de su paso por la prisión preventiva que le había provocado un trastorno postraumático y la interrupción de sus estudios que cursaba en Berlín, donde vive con su tribu. Pero durante su trabajo en Grecia la una vez nadadora profesional hizo más que eso: sirvió como traductora y a veces, como socorrista para librar a los refugiados que, como ella, se habían jugado la vida en el mar para escapar de la erradicación.

Sarah Mardini creció en una tribu de nadadores profesionales en Damasco, caudal de un país que la erradicación empezó a destrozar en 2011. Cuatro primaveras a posteriori y cuando la mayoría de sus amigos habían muerto o escapado, Sarah convenció a su tribu para que ella, con 20 primaveras entonces, y su hermana Yusra, de 17, huyeran a Alemania, como el millón de sirios que en 2015 emprendieron un alucinación similar para salvarse de las bombas.

Viajaron hasta Turquía, en cuyas costas se subieron con 18 personas más en una zódiac con capacidad para siete. El motor falló a los 15 minutos de travesía y el agua empezó a hundir la precaria embarcación, para aligerar peso, ella y su hermana se lanzaron al agua, agarraron uno de los cabos y nadaron tres horas y media contra el oleaje hasta alcanzar la costa griega en plena confusión.

Veinticinco días a posteriori llegaban a Berlín. Las hermanas Mardini acabaron obteniendo hospicio político en el país centroeuropeo, donde más tarde consiguieron reunir a su tribu. Yusra formó parte del equipo de baño de refugiados en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 y de Tokio en 2021, y actualmente estudia cine en California. Sarah, a quien una equimosis en el hombro le impidió competir, deshizo la parte del camino para unirse a las labores de subsidio y salvamiento de ERCI, que cooperaba regularmente con las autoridades en misiones en aguas griegas y en Lesbos. Una tarea que describe como su "pasión" en una entrevista a Harper's Bazaar Arabia.

Pero todo se truncó el 21 de agosto de 2018, cuando las autoridades griegas la detuvieron en el aeropuerto rumbo Berlín y la encarcelaron durante 100 días. "El problema no era el chiquero sino la frustración de no entender por qué estaba en prisión", aseguraba ella en la conferencia TED.

"Sarah y Seán hicieron lo que cualquiera de nosotros debería hacer si estuviéramos en su posición. Ayudar a las personas en aventura de ahogarse en una de las rutas marítimas más mortíferas de Europa y asistirlas en la costa no es un delito", denuncia el director de la Oficina Regional Europea de AI, Nils Muižnieks, en un comunicado. 

Frente a la proliferación de procesos judiciales en su contra, las ONG que rescatan a migrantes en el mar han cesado sus operaciones en Grecia, país acentuado de aguantar a término devoluciones ilegales de migrantes en el mar Egeo y en su frontera terráqueo alrededor de Turquía. "El gobierno difícil continúa restringiendo el rescate humanitario y aboca a los migrantes y refugiados a situaciones mortales", aseguraba el director adjunto de derechos del impulsivo de HRW, Bill Van Esveld.

Durante la primera parte de 2022, el Suspensión Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimó que 1.200 personas se ahogaron en el Mediterráneo intentando entrar en Europa, encima de las 3.100 personas que murieron en 2021.

Mientras tanto, Mardini tiene la sensación que su vida se ha paralizado. En una entrevista con el diario germánico Tagesspiegel a finales de 2021, la tierno revelaba su profundo malestar por sus problemas legales: "Quiero recuperar mi vida (de antiguamente). Hace tres primaveras que no tengo vida (...) existo a través de mi cuerpo. Pero a través de cero más en este momento".

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente