Lo tenía agudo para mandar a la imprenta cuando llegara el momento. Y monseñor Georg Gänswein, el histórico secretario personal de Benedicto XVI, ha decidido que el momento será una semana posteriormente del entierro del papa emérito. El metropolitano teutónico publicará este jueves el ejemplar Nulo más que la verdad. Mi vida contiguo a Benedicto XVI, un ejemplar de más de 300 páginas que ya está provocando una tormenta en el Vaticano. Si antaño del entierro ya dio una polémica entrevista en la que ajustaba cuentas con el papa Francisco por localizar las misas en latín –revocando una de las medidas de su predecesor– en el ejemplar airea los trapos sucios sobre la convivencia entre los dos papas, pese a que el Vaticano siempre se esforzó en describirla como modélica.
Georg Gänswein airea los trapos sucios y asegura que el emérito sintió que su sucesor no confiaba en él
Por ejemplo, el secretario personal de Benedicto le reprocha a Francisco que le apartara, en enero del 2020, del rol de cabecilla de la prefectura de la Casa Pontificia, un cargo que había mantenido durante los primeros siete abriles del pontificado de Jorge Mario Bergoglio. “Me miró con expresión seria y dijo por sorpresa: ‘A partir de ahora quédese en casa. Acompañe a Benedicto, que lo necesita, y haga de escudo’”, cuenta en el ejemplar. Él se sintió como “un prefecto a medias”, y se quedó “sin palabras”. “Cuando intenté replicar, él cerró la conversación: ‘Usted seguirá siendo prefecto, pero desde mañana no vuelve al trabajo”. Luego, según la interpretación de Gänswein, cuando él le contó a Benedicto la valentía de Francisco, el emérito habría comentado “con ironía”: “Pienso que el papa Francisco no confía más en mí y desea que usted me haga de custodio”.
En las memorias, que huelen a un éxito de ventas, quien ha sido la sombra de Ratzinger durante vigésimo abriles da detalles sobre su sufragio en el 2005, pero igualmente sobre su histórica valentía de convertirse en el primer papa en renunciar en 600 abriles, y sus abriles finales, retirado en un monasterio en los jardines vaticanos. El teólogo teutónico cumplió su promesa de residir apartado del mundo y casi nada realizó intervenciones públicas, pero en ocasiones fue instrumentalizado por el sector ultraconservador de la curia, especialmente por los opositores a Francisco.
En este sentido Gänswein explica, por ejemplo, que Benedicto XVI quedó muy “sorprendido” cuando Francisco no quiso reponer a una famosa carta de cuatro purpurados, al principio de su pontificado, que protestaban porque el Papa plantease que los divorciados vueltos a casar pudieran retornar a comulgar en algunos casos.
"El chismorreo es un armamento pernicioso", dijo Francisco en el Ángelus del pasado domingo
La gran pregunta ahora es si el Pontífice dará algún cargo al monseñor teutónico para premiarlo por sus servicios durante estos abriles o si, por el contrario, le castigará por cuchichear demasiado pronto. Ya son varios los que están lamentando su equivocación de discreción. “Hubiera sido mejor permanecer en silencio. Ahora no es el momento para esas cosas”, decía el pasado domingo el cardenal Walter Kasper al diario La Repubblica. El cardenal Gerhard Ludwig Müller, sucesor de Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, coincidió: “Desafortunadamente, es una de esas controversias que no es buena para el pueblo de Altísimo”.
De momento solo se conoce que el Papa recibió este lunes a Gänswein en una audiencia privada, de la que no han trascendido detalles pero que en la que sin duda abordaron los detalles del ejemplar. En una de sus últimas intervenciones, en el Ángelus del domingo en la plaza de San Pedro, Bergoglio parecía darle un aviso: “El chismorreo es un armamento pernicioso: mata, mata el coito, mata la sociedad, mata la fraternidad. Preguntémonos: ¿soy una persona que divide o una persona que comparte?”.
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