La secretaria caudillo de Esquerra, Marta Rovira, ha pedido prudencia, porque está a la retraso de charlar en profundidad con sus abogados y valorar las consecuencias políticas del nuevo automóvil de procesamiento dictado por el Tribunal Supremo luego de entrar en vigor la reforma del Código Penal. Será luego de estudiar la cuestión al detalle con el equipo judicial que decidirá si deja Suiza y vuelve a España para presentarse en presencia de el Tribunal Supremo. El sentenciador Pablo Llarena procesa ahora a Rovira por un delito de desobediencia que solo implica penas de inhabilitación. Con todo, la republicana ha donado a entender que su regreso está cerca: “Lo haré con fuerza, con alegría, con ganas de retornar a reencontrarme con mi país, del que he estado separada injustamente y de hacer política y continuar hacer camino en dirección a la república catalana”.
“La música nos gusta”, ha reflexionado en comparecencia desde Ginebra la dirigente de los republicanos porque “es exactamente lo que queríamos”. Con todo, ha insistido en recetarse prudencia y ha afirmado que con “la tranquilidad debida no tomaré ninguna valor ni precipitada ni inminente”.
Esa música, según Rovira, es la misma que ERC pretendía que sonara cuando trabajó con el PSOE y Unidas Podemos la reforma del Código Penal y, especialmente, la derogación del delito de sedición. "Que no fuera sustituido por otro delito”, ha afirmado la número dos del partido. En este sentido, su constatación contrasta con el parecer de Carles Puigdemont en noviembre, cuando la Moncloa anunció los cambios penales: “El delito no se deroga: se le cambia el nombre y se anuncia una reducción de pena. Alerta”.
Sin duda, con la valor del sentenciador Pablo Llarena de retirar el delito de sedición para solicitar la extradición de líderes independentistas, las más beneficiadas son la secretaria caudillo de ERC, Marta Rovira, y la exconsellera de Educació, Clara Ponsatí. La primera pasa de estar procesada por alzamiento a desobediencia; la segunda, de sedición a desobediencia. A ambas se les abren ahora de par en par las puertas del regreso a Catalunya.
Rovira reside en Ginebra (Suiza) desde que huyó en 2018 de la Imparcialidad española por su papel en la ordenamiento del referéndum ilegal del 1 de octubre, motivo por el que estaba procesada por un delito de sedición; un delito que ha sido derogado por las reformas impulsadas por el Gobierno, con el apoyo de ERC, y que han entrado en vigor este jueves.
Sea como fuere, Rovira cree, por otra parte, que de haberse mantenido vivo el delito de sedición, con la sentencia del 1-O de octubre del 2019 “se abría un camino de represión política para cualquier propagandista, sindicalista o cualquier persona que quisiera oponerse al statu quo o quisiera cambiar las cosas para ir a mejor”.
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