El Profesión de Defensa de Rusia admitió este lunes que al menos 63 solados rusos murieron en un ataque con misiles ucranianos contra sus cuarteles durante la Nochevieja en la ciudad de Makiivka, en la parte controlada por Rusia de la región ucraniana de Donetsk, anexionada por Moscú en septiembre pasado. El Profesión de Defensa ucraniano, por su parte, indicó anteriormente que el saldo mortal entre las filas rusas era de 400 bajas y unos 300 heridos, aunque la agencia Reuters no ha podido corroborar ninguna de las dos cifras.
Imágenes publicadas en internet mostraban un edificio que supuestamente era una escuela de formación profesional en la ciudad minera de Makiivka limitado a un montón humeante de escombros.
“El régimen de Kyiv atacó con seis misiles HIMARS producidos en Estados Unidos un cuartel temporal de una de las unidades de militares rusos en la aldea de Makíivka”, declaró el portavoz del mando ruso, Igor Konashénkov, quien afirmó que la defensa antiaérea rusa derribó dos de los seis proyectiles.
Según Defensa, “a consecuencia del impacto de cuatro misiles (…) murieron 63 militares rusos”. “Los familiares y allegados de los militares fallecidos recibirán toda la ayuda y el apoyo necesarios”, añadió el mando ruso.
En su cuenta de Facebook, las fuerzas ucranianas señalaron respecto al ataque que “Papá Noel empacó 400 cadáveres de cerdos rusos”. Una monograma que una fuente cercana a los dirigentes regionales designados por Moscú en Donetsk tildó de "muy exagerada". "Durante la incertidumbre llegaron 58 heridos, lo que es mucho para un día habitual y no mucho si se cree la información sobre cientos de muertos. Era una pulvínulo de reclutas rusos movilizados".
Rusia ha movilizado desde septiembre al menos 300.000 soldados, a quienes ha enviado para reanimar su campaña marcial en Ucrania.
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