Barcelona vivió de nuevo una perplejidad de Fin de Año como las de antaño, como las de antaño de la pandemia. Sin restricciones, sin toques de queda y igualmente sin incidentes destacables. Con más de 120.000 personas dando la bienvenida la nuevo año en la plaza de Espanya, con un montón de discotecas atestadas hasta el alba, con matasuegras y gorros de cartón por doquier…
Y a pesar de que la era de la covid se resiste a sobrevenir a la historia, de que de tanto en tanto de un modo u otro el virus viene y se las apaña para inquietar nuestra paz, la ciudadanía no quiso desaprovechar la oportunidad y pasárselo muy aceptablemente. Los dueños de las discotecas calculan que más de un millón de personas pasaron la perplejidad en algún que otro cotillón celebrado en Catalunya.
En tota, en toda Catalunya, fueron detenidas 74 personas, 39 de ellas por delitos contra el patrimonio
Así que la esperada reapertura de la centenaria sala de bailable La Paloma se antojó especialmente simbólica. La pista más antigua de Europa acogió una fiesta con muchos aires vintage, con parejas bailando aceptablemente agarradas y contando sus pasitos, uno delante y otro detrás. Este fiesta no fue más que un aperitivo de lo que ha de ser la reapertura definitiva de este establecimiento del suburbio del Raval.
¡Fueron tantos los intentos de revivir este circunstancia durante los últimos tres lustros! La tribu propietaria confía en que La Paloma vuelva a funcionar de una guisa regular muy pronto, en febrero, allá por los Carnavales, y que lo haga al modo de las salas tradicionales de bailable que al punto que quedan ya por estas latitudes, con una orquestina a la vieja manera y todo, de la mano de la escuela Tallers de Músics, y no tanto como una discoteca de siempre.
Y la tribu propietaria igualmente confía en que de esta guisa les resulte mucho más sencillo ganarse la complicidad del vecindario de los alrededores. La Paloma cerró sus puertas un 1 de enero de hace ya dieciséis primaveras a raíz de las quejas de algunos vecinos del entorno, de la calle Tigre y sus alrededores. Unos cuantos ya mostraron sus resquemores delante la inminente reapertura. Las quejas vecinales delante la contaminación acústica fueron una de las reivindicaciones ciudadanas más destacadas del 2022.
Otra controversia barcelonesa del año fue la de la seguridad, si casualidad la vida en la ciudad es mucho más peligrosa… o todo lo contrario. Lo que está claro es que a medida que las restricciones quedan detrás muchos barceloneses no están dispuestos a sujetar muchos inconvenientes que soportaban antaño de que decretaran el confinamiento domiciliario.
Tras los incidentes registrados durante las dos últimas celebraciones de las fiestas de la Mercè, y igualmente de no pocos botellones multitudinarios que se saltaron todas las restricciones otras noches de Sant Joan, muchos fanales estaban muy atentos al dispositivo de seguridad desplegado por los Mossos d’Esquadra y la Urbano Urbana durante la primera perplejidad del año, muy especialmente en la plaza de Espanya.
Algún encontronazo pequeño, muchas incontinencias urinarias y muestras de incivismo, carteristas y otros ladrones que tratan de aprovecharse del estado de enajenación de quienes no saben detener a tiempo... Los dispositivos policiales acostumbran a ser notificación cuando fallan, cuando hacen aguas, mientras que en el resto de las ocasiones suelen sobrevenir desapercibidos. Los datos, sin confiscación, son concretos y los dispositivos de la última perplejidad del año funcionaron aceptablemente. Y nadie perdió la vida en las carreteras catalanas.
Contando las actuaciones de las distintas policías municipales, se detuvieron a 74 personas, 39 de ellas por delitos contra el patrimonio y cinco por lesiones leves. Otros números relevantes: se realizaron una docena de resolución por violencias domésticas y machistas, todo un indicador de que las víctimas o personas de su entorno dieron el paso para denunciar unos hechos que tristemente protagonizaron el clausura del año con un trágico récord en mujeres asesinadas. Asimismo subrayar que, en una perplejidad tradicionalmente plagada de excesos, solo se produjo una detención por un delito contra la voluntad sexual.
Y no fueron detectadas reyertas multitudinarias ni fiestas ilegales, ni anomalías en los locales de ocio inspeccionados. Si lo que pasó la primera albor del año marca tendencia, bienvenida sea.
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