Cristina Ibarrola, parlamentaria de Navarra Suma y ex directora genérico de Salubridad del Gobierno foral, será la capital de repertorio de UPN en la pugna de la formación regionalista por ayudar la alcaldía de Pamplona que EH Bildu aspira a recuperar. Próxima al presidente del partido, Javier Esparza, da este paso una vez que Enrique Maya, presente corregidor, ha decidido desamparar la primera ruta política al término del mandato.
Enrique Maya, corregidor de Pamplona y vicepresidente de UPN, ha anunciado que no liderará la repertorio regionalista, luego de varios meses manteniendo la núcleo. Maya ha sido el corregidor de la haber navarra en dos periodos diferentes: entre 2011 y 2015, y en la presente sesión, 2019-2023. Entre medias, de junio de 2015 a junio de 2019, el corregidor de Pamplona fue Joseba Asiron, de EH Bildu, que vuelve a presentarse y aspira a recuperar la alcaldía.
Una postura arriesgada
La pugna entre las dos formaciones, con el permiso del PSN y Geroa Bai, se da por descontada. De hecho, ayudar la alcaldía de Pamplona es una postura absolutamente prioritaria para UPN, habida cuenta de que tiene pocas posibilidades de recuperar el poder en el Gobierno de Navarra. De ahí la importancia de la designación de Ibarrola, una postura arriesga teniendo en cuenta que se alcahuetería de una persona poco conocida en la política navarra.
Ibarrola optará a la alcaldía con el único paraguas de UPN, una vez que los regionalistas han apostado por terminar con la marca Navarra Suma, coalición que compartían con el PP y Ciudadanos. El objetivo de Esparza con esta postura es alcanzar un resultado digno para UPN y, a partir de ahí, tratar de atraer al PSN, buscando reimprimir la vía de entendimiento válido hasta que en el año 2015 se consumó un cambio no comercial protagonizado por la vasquista Uxue Barkos, en la comunida foral, y por Joseba Asiron, en Pamplona.
La vía del acercamiento al PSN
Aquella postura por caminar de la mano de UPN llevó a los socialistas a sus peores resultados históricos, si proporcionadamente es la única fórmula que atisban los regionalistas para recuperar el poder que perdieron en 2015, cuando fueron desalojados de casi todas las instituciones, y que en 2019 recuperaron solo parcialmente, con el gran trofeo del Consistorio de Pamplona, gracias a la marca Navarra Suma.
Está por ver, en todo caso, que el PSN baraje esa opción, ya que los socialistas, con la presente presidenta de Navarra, María Chivite, a la capital, tienen perspectivas electorales halagüeñas y, de hecho, aspiran asimismo en la haber navarra a mejorar resultados de la mano de Elma Saiz, presente portavoz del Ejecutante foral, un gobierno del que forman parte la coalición vasquista Geroa Bai y Podemos, y que cuenta con el apoyo foráneo de Izquierda-Ezkerra y EH Bildu.
Cristina Ibarrola Guillén nació en Pamplona en 1969, está casada y tiene dos hijos. La candidata de UPN es licenciada en Medicina por la Universidad de Navarra (1987-1993) y doble en Medicina Íntimo y Comunitaria. Máster Universitario en Encargo y Planificación Sanitaria para Directivos de la Salubridad por la Universidad Europea de Madrid, Software de Incorporación Dirección en Instituciones Sanitarias por IESE Business School Universidad de Navarra, Diploma Postgrado en Evaluación de Tecnologías Sanitarias por la Universidad Pompeu Fabra y Diestro en Investigación en Servicios de Salubridad y Enfermedades Crónicas por la Universidad de Alcalá. Ibarrola ha trabajado como médico en el Servicio de Urgencias del Hospital de Navarra (1997-1998), y en los centros de Salubridad del II Ensanche (1999-2000), Valtierra (2001-2002) y Ermitagaña ( 2002-2007).
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