ACS se ha adjudicado a través de su filial estadounidense Turner la construcción de una planta farmacéutica en Colorado por 725 millones de dólares (680 millones euros), en un anuencia que se suma a los ganados en el país para elevar fábricas de baterías y otras instalaciones apoyadas con fondos de renovación de infraestructuras de la Distribución Biden.
La nueva manufactura se construirá para la empresa Agilent Technologies y se dedicará a sintetizar rudimentos esenciales para la producción de distintos fármacos dedicados a terapias oncológicas y dolencias cardiovasculares, por otra parte de enfermedades raras.
La previsión es que la planta entre en producción en 2026. Se levantará en la pueblo de Frederick, cerca de Denver, y tendrá una superficie superior a los 18.000 metros cuadrados. Agilent es un gigantesco estadounidense en la producción de principios esenciales para la producción de fármacos.
El nuevo anuencia permite a ACS diversificar su negocio en EEUU, donde el Gobierno está movilizando 370.000 millones de dólares para el progreso y renovación de infraestructuras, a los que se añade la ayuda de empresas privadas.
Más de la parte del negocio, en Norteamérica
De la cartera de pedidos de ACS, por valía de 70.417 millones de euros a candado de septiembre, el 54% corresponde a Norteamérica, frente al 28% de Asia-Pacífico y casi nada el 8% de España.
La filial Turner ya se hizo a finales del año pasado con dos contratos milmillonarios para construir distintas infraestructuras relacionadas con el coche eléctrico, por encargo de compañías como Honda o LG.
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