Poco extraño estaba sucediendo en el zoológico de la ciudad mexicana de Chilpancingo. En los últimos meses, el centro había experimentado un descenso inquietante de ejemplares y la desaparición de algunas de las especies más preciadas.
Tras una investigación de las autoridades competentes, se determinó que quien estaba detrás de todo este extraño desbarajuste era José Rubén Nava Noriega, que ocupaba el cargo de director del zoo desde hacía pocos meses. Aunque lo más impactante ha sido descubrir los métodos que utilizaba para la desaparición de los animales.
Sacrificios y ventas ilegales
El titular de la Secretaría de Medio Concurrencia estatal, Querubín Almazán, informó que varios animales fueron intercambiados y vendidos por el exdirector José Rubén. Pero lo más chocante del recuento de animales desaparecidos ha sido que cuatro de las cabras pigmeas del centro fueron sacrificadas para, después, ser cocinadas para la cena de fin de año que él mismo ofrecía.
Captura de pantalla
"Estas acciones pusieron en peligro la salubridad de los consumidores, pues no eran animales aptos para el consumo humano", explica Almazán sobre la cabras sacrificadas.
Según informan medios como Milenio, entre los ejemplares desaparecidos se encuentran un jaguarundi, 4 watusis, una cebra o 8 borregos, entre otros. Las negligencias del exresponsable del zoo no acaban aquí, todavía hay que tener en cuenta el no registro de nacimientos y anotaciones de muertes falsas.
Al parecer, todo este escándalo se destapó a raíz de un cortijero de la zona que en el pasado 14 de enero se encontró un ciervo malherido en su propiedad. Tras alertar a la policía, se descubrió que el animal, que acabó falleciendo, escapó del zoo sin su característica cornamenta. Se sospecha que le fue extraída en el mismo zoo.
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