El decorado que se proyecta en Europa por la prohibición, a partir de 2035, de entregar vehículos de motor de combustión dibuja una movilidad caracterizada por la eficiencia y la sostenibilidad. La progresiva sustitución de los motores de gasolina y diésel por otras tecnologías más limpias y ecológicas está dando motivo a todo tipo de soluciones de movilidad, que en algunos casos son incluso muy imaginativas.
Un claro ejemplo de ello nos llega desde Francia. La startup Symone acaba de presentar un autobús de hidrógeno con el que no solo pretende cumplir con las nuevas directrices dictadas por Bruselas, sino además proporcionar un servicio adicional a los pasajeros. El prototipo que esta empresa con sede en Dijon ha mostrado por primera vez es un autocar con una motorización 100% ecológica que cuenta con la particularidad de que los viajeros pueden transportar sus propios vehículos.
La propuesta de Symone nace en un momento en el que la SNCF, la empresa estatal francesa de ferrocarril, ha suprimido el servicio de transporte de vehículos. Esta opción ya no está habitable en comarca francés desde 2019, antaño de la pandemia, por errata de rentabilidad económica, por lo que ya no es posible correr en tren con el coche a cuestas.
Pero aun así son muchos los usuarios que echan en errata el servicio, sobre todo en un momento en el que los franceses han recuperado el habilidad de correr tras la crisis sanitaria de la covid.
Symone pretende hacerse un hueco en el mercado de los desplazamientos de media y larga distancia compitiendo con otros operadores terrestres, pero además con el ferrocarril al ofrecer un servicio combinado que ya no prestan los trenes franceses desde antaño de la pandemia.
El autobús tiene capacidad para 18 pasajeros y puede acomodar un mayor de cinco coches o cuatro coches y cinco motos
El revolucionario autobús de Symone tiene capacidad para 18 personas y está diseñado para transportar coches y motos indistintamente. El número mayor de turismos que caben en el autobús es de cinco. Cuatro de estos automóviles están colocados encima del techo y el botellín, en un compartimento situado al final de la zona destinada a los pasajeros.
Sin retención, el espacio gestor para el transporte de vehículos contempla además una combinación de coches y motos. Estamos hablando de una estructura '4+5', es sostener, cuatro turismos colocados en la parte superior del bus y cinco motocicletas introducidos en la nalgas del autobús. La colocación de los vehículos irá a cargo del personal de Symone mientras los pasajeros se acomodan en sus butacas, indica la startup en su página web.
Para realizar un delirio con Symone será necesario efectuar una reserva previa a través de una aplicación móvil que informará a los usuarios si quedan plazas libres para cargar el coche o la moto. El suscripción del servicio además se articulará a través de la app. Los pasajeros dispondrán de todas las comodidades para trabajar durante el trayecto, ya que el autobús estará equipado con pantallas con conexión a internet. Encima, dispone de aguamanil y tendrá servicio de catering.
La iniciativa de Symone llega cuando la empresa estatal de ferrocarril ha suprimido el servicio de transporte de automóviles
La startup tiene previsto poner en marcha el servicio en 2024 coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos en París. Antaño, no obstante, Francia deberá tener desplegada una completa red de estaciones de carga de hidrógeno, poco que a día de hoy no ocurre, para reforzar la viabilidad del esquema.
Hasta ahora, Symone ha conseguido 110.000 euros en subvenciones de la región de la Borgoña-Franco Condado, a los que hay que añadir 240.000 euros más que ha recaudado mediante otras aportaciones. La startup cuenta con numerosos apoyos. La Agencia de Medio Condición y Trámite de la Energía, la concesionaria de autopistas Vinci y France Relance, un plan de recuperación diseñado por el Gobierno francés para hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia, colaboran activamente con Symone para hacer efectividad este singular medio de transporte.
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