La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a un sacerdote a nueve primaveras de prisión, y otros siete de soltura vigilada, por exceso sexual a dos menores de 13 y 16 primaveras, ha informado este jueves el Tribunal Superior de Rectitud (TSJ).
El sacerdote, cuya identidad se corresponde con las iniciales A.L.Z. y que ya ha ingresado en prisión según las fuentes, había sido condenado en mayo de 2022 a otros 7 primaveras y 9 meses de privación de soltura por otro delito contra la integridad sexual de un tercer chaval.
Indemnizaciones, inhabilitación y alejamiento
La sección 5 de la Audiencia Provincial de Murcia (con sede en Cartagena) le condena todavía a indemnizar a los menores con 8.200 euros.
En concreto, se le considera autor de un delito de exceso sexual a un chaval de 13 primaveras al que agarró el pene cuando jugaba con una videoconsola en su domicilio; y de otro delito continuado de exceso sexual a un último de 16 primaveras al que tocó los genitales en varias ocasiones “para satisfacer su apetito sexual” y aprovechando, en entreambos casos, “su condición hierático y de amistad con ellos y su tribu”.
Entabló amistad con familias para ganarse la confianza de los menores
El inculpado, que ejerció el iglesia en San Pedro del Pinatar y Yecla para la comunidad neocatecumenal y que está suspendido cautelarmente por la Iglesia, tiene por otra parte la prohibición de acercamiento a menos de 500 metros, y de comunicar por cualquier medio con los menores durante 9 y 10 primaveras, respectivamente.
La sentencia declara probado que el inculpado, en entrenamiento de su función hierático, entabló amistad con varias familias y se ganó la confianza de éstos y otros menores, a quienes llevaba en su transporte a pescar o a la playa, les invitaba a helados y hablaba con ellos con frecuencia, prodigándose en besos y abrazos.
"A menudo y en conjunto mantenía con ellos conversaciones de contenido sexual, en las que les preguntaba por el tamaño del pene, o la frecuencia con que se masturbaban”, señala la sentencia.
Los magistrados consideran que los hechos imputados por el Ocupación Fiscal, y reconocidos en parte por el inculpado "aunque les niegue el significado sexual", son ciertos atendiendo a criterios jurisprudenciales de credibilidad, fiabilidad y persistencia.
Finalmente, el tribunal le impone la inhabilitación distinto para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de perduración por un tiempo de 10 primaveras.
La sentencia no es firme, y contra ella junto a interponer apelación de apelación delante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Rectitud de la Región de Murcia.
En coche notificado el martes, la Sala acuerda el ingreso en prisión provisional del inculpado, solicitado por el Ocupación Fiscal y la incriminación particular, al entender que a la “seriedad de las penas aquí impuestas”, que superan los 9 primaveras de prisión, se suman las impuestas por este mismo tribunal en sentencia de 3 de mayo de 2022, en la que se le condenó por otro delito de exceso sexual a la pena de 7 primaveras y 9 meses de prisión.
Para la Audiencia Provincial, “no junto a duda de que las nuevas condenas, cuya suma supera los 16 primaveras, han incrementado notablemente el aventura de fuga, dada la natural y humana inclinación que junto a atribuir a todo penado de que intentará evitar el cumplimiento de una pena prolongada de privación de soltura mediante su huida y ocultación”.
Contra el coche de prisión provisional junto a apelación de súplica, según las fuentes.
Tras hacerse pública la sentencia, el Obispado de Cartagena ha emitido un comunicado en el que expresa su "más profundo respeto" por las actuaciones de la rectitud, y recuerda que el sacerdote está suspendido de entrenamiento mientras no se clausura el proceso penal canónico hendido contra él.
En su escrito, el Obispado pide que "estos hechos lamentables y dolorosos no empañen la bordado de tantos sacerdotes de nuestra diócesis", y afirma que "sigue cercano a las víctimas y a sus familias, a las que pide perdón y sigue ofreciendo su ayuda a través de la Delegación obispal para la protección del último y de los adultos vulnerables".
"El compromiso de la Iglesia es erradicar cualquier comportamiento que afecte a la dignidad de la persona, especialmente de las que son menores de perduración y más vulnerables", concluye el comunicado.
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